Florencia, 1480: Sangallo concluye el Palazzo della Gherardesca, encargado construir y financiado por Bartolommeo Scala, escritor, diplomático y uno de los hombres de confianza de Lorenzo "El Magnífico". Año 2008: tras dos guerras mundiales, varias crisis financieras, décadas de abandono y después de acometer una reforma integral del mismo, "Four Seasons" lo inaugura como hotel de lujo. Motivos no faltaron: historia, valor arquitectónico y también por una privilegiada ubicación, en una calle tranquila y residencial a escasos diez minutos a pie de la Piazza della Signoria.
En primer lugar hablaré de lo que para mí es el jardín urbano privado más espectacular que jamás haya visto, no sólo por su tamaño de 4,5 Ha que lo convierte en el más grande de la ciudad, sino por su majestuosidad. Desde fuera y pese a que sus sólidos muros de piedra hacen presagiar parte de lo que hay dentro, es difícil imaginarlo: colinas de césped, magnolios, thujas, arces, sequoyas centenarios, unos mandarinos importados desde Nápoles a mediados del XIX, una magnífica colección de azaleas, un espacio con especies botánicas en peligro de extinción, caminos, estanques, fuentes, estatuas de mármol, templetes, cenadores un centro de SPA y una piscina que en época estival debe de ser como un oasis. Aunque uno no sea huésped, existe la posibilidad de visitar el recinto y ya de paso tomarse una copa en cualquiera de sus terrazas a la puesta de sol.
Dos edificaciones renacentistas rodean todo el perímetro, la principal y más grande, que es el hotel propiamente dicho y es la que dispone de la mayoría de las habitaciones y zonas comunes y la trasera denominada "La Villa". La recepción, los salones, las escalinatas y los pasillos son realmente únicos; ornamentados con lámparas de araña, estucos, mármoles, maderas nobles, sedas, alfombras, consolas, esculturas, tapices o cuadros, la mayoría de época y de exquisito gusto dotan al entorno de una atmósfera palaciega. Especial mención merece el "Bar Inglés" situado en el centro de una galería abovedada, con un fantástico ambiente que incita a beber spritz sin parar escuchando las canciones que interpreta el pianista. Igualmente fabuloso el restaurante "Il Palagio", galardonado con una estrella Michelin. Ofrece una cocina estacional con toques creativos y dispone de una carta de vinos absolutamente bestial a precios no demasiado descabellados. Allí mismo desayunábamos un producto de primera, abundante y variado.
Por último, aludiré a unas habitaciones recién reformadas, espaciosas, elegantes, confortables, luminosas y que siguen patrones decorativos similares a los anteriormente descritos: centros de flores, obras de arte en las paredes, moquetas mullidas y cama "King Size". Los productos del mini bar son gratuitos y se reponen a diario. Wifi rápido. Cuarto de baño acorde a la calidad del dormitorio: bañera de hidromasaje separada de la ducha, dos lavabos e infinidad de amenities.
En resumen, "Four Seasons" me parece la cadena hotelera de lujo más sólida y fiable, nunca falla y mantiene un sobresaliente nivel en todos sus apartados (gastronomía, servicios e interiorismo). Elige los emplazamientos maravillosamente bien y forma a su personal para que, con un trato de respeto, pero también afectuoso, te haga sentir como un rey. Y este establecimiento florentino es la absoluta perfección, el mejor hotel urbano en el que me he alojado.