El alojamiento es un antiguo cortijo rehabilitado con mucho gusto, en medio de una finca de viña y olivar y monte de pinos. Está situado en las primeras estribaciones de la Sierra de Albacete, una preciosa y desconocida comarca, a 15 minutos del pueblo de Liétor, que merece un paseo por su casco antiguo. Nos ofrecieron el alojamiento al llamar para realizar una visita guiada a la bodega/almazara con cata de productos de la explotación, aunque en la página web todavía no se publicita, ya que, según nos dijeron, estaban construyéndola.
Las habitaciones son espaciosas y acogedoras, en la línea de la arquitectura rural del espacio. No tienen aire acondicionado, aunque la verdad es que no son calurosas, gracias a los impresionantes muros de la antigua construcción, que se ha respetado. Se echan de menos alguna instalación deportiva o una piscina para el verano, especialmente en un lugar como este, en medio del campo, pero el sitio es muy tranquilo y agradable. Estuvimos solos, y el personal nos atendió sin problemas.
Tampoco sirven comidas ni cenas, salvo en el caso de grupos numerosos, pero el desayuno es bastante bueno, con tostadas con mermelada, mantequilla, tomate y pechuga de pavo o aceite de la propia explotación, queso fresco con membrillos, café y leche.
En cuanto a la visita, consiste en una cata en bodega de diversos productos de la empresa gestora del Cortijo: distintos vinos, aceites varietales, queso manchego D.O. y patés de caza, con un recorrido por la finca en todoterreno en el que se ve la ganadería brava del complejo.
Interiores
Salón principal
Vistas exteriores y jardín
Patio principal
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.