Algo único

Ocho mil doscientos empleados, el casino que más factura de Estados Unidos y el complejo que más vino vende de todo el país. Cifras astronómicas, y es que en Las Vegas ya se sabe, todo es grandilocuente. Desde que bordeas la avenida principal y te acercas al lago de la entrada en el que cada hora te ofrecen un espectáculo diferente de agua, focos y música sientes que todo lo que te vas a encontrar es un nivel de hotel al que no estás acostumbrado. ¿De lujo? los conozco mejores. ¿De placer? la ciudad, aparte del vicio y de la puesta en escena ofrece pocos atractivos. ¿Entonces? esto es un circo. Oleadas de gente, ruido, luces estridentes e inmensidad de espacios. Chinos elegantes y otros con pinta sospechosa, rusos que acojonan, aristócratas europeos, borrachos, obesos, jubilados, frikis, ludópatas, guapos y guapas, prostitutas, recién casados y familias con bebés y carritos, lo curioso es que aquí todo fluye. Fluye tan bien, que aunque dejen fumar en casi toda la parte baja, no huele, que aunque cuando a alguien se le cae la copa en una de las mullidas alfombras se limpia tan rápido que a los pocos segundos no notamos la mancha, que cuando aparece un grupo de universitarios pasados de vueltas, se volatilizan por arte de magia. Así todo. ¿Las decoraciones? lo fácil es tacharlas de horteras, recurso manido que no se corresponde con la realidad. Quizá sean atípicas y recargadas en muchos casos, pero no tienen mal gusto; una de las estancias cercanas al lobby, una enorme sala cuadrada altísima y luminosa está llena de flores naturales y posee unas esculturas de cristales de colores que recrean el fondo marino que son realmente curiosas. Y un poco más allá, alejados del bullicio, una exposición de Picasso con fondos propios y prestados, una buena heladería, tiendas de moda y la(s) piscina(s), al aire libre, recinto este último realmente chocante. El Bellagio se inspira en el célebre establecimiento del Lago Como y realmente cuando te das un baño, si no miras a los rascacielos que lo bordean, parece como si estuvieras en Lombardía: mármoles, estatuas de ninfas y angelotes, balaustradas, escalinatas, cenadores, hiedra...

Una vez arriba se acaba el ruido, los kilométricos pasillos recuerdan a los del Overlook, y tenemos la sensación de que en cualquier momento nos vamos a encontrar con Danny pedaleando su triciclo frenéticamente.

Las habitaciones (la standard en nuestro caso) están enmoquetadas, son amplias, luminosas y modernas y cuentan con todo lo necesario: buena cama, mini bar surtido, cuarto de baño renovado y con suficiente presión en ducha y baños, TV de plasma, caja fuerte, y enchufes para Iphone. Nuestra tarifa no incluía el desayuno, un día bajamos a uno de los bares a tomar algo y bastante bien, eso sí, hay que pedir con mesura, pues la factura nos deja temblando.

Aparte del casino, existe la posibilidad de probar cualquiera de sus restaurantes. Entre todos ellos suman cinco o seis estrellas Michelin. Nosotros fuimos al Lago, se llama así pues tiene vistas a las fuentes de la entrada. Es un italiano normalito con una estupenda oferta de botellas, eso sí, multiplicada por cuatro.

El servicio es amable y resolutivo aunque algo acelerado.

En definitiva, la experiencia que aquí se vive es única, un auténtico documento sociológico, alojarse en un Cinco Diamantes que ha desfalcado George Clooney y Brad Pitt merece la pena, aunque sea una vez en la vida.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    EuSaenz

    Por desgracia muchos no podremos ir allá ni una vez en la vida, pero tú lo cuentas tan bien que incluso nos lo podemos imaginar. A seguir disfrutando, maestro. ;-D

    Un abrazo,
    Eugenio.

  2. #2

    Gondorff

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    Me comentaste hace poco que a tus padres la ciudad les marcó mucho y he estado pensando estos días en ello. Indudablemente creo que es única porque lo que ves aquí no lo hay en otras partes del mundo. De todas formas, creo que con una vez es más que suficiente.

    Un abrazo, nos vemos pronto,

  3. #3

    Abreunvinito

    Para mí el hotel con más encanto de la ciudad. Algo sobrecargada la decoración de moqueta y dorados pero una gozada.
    Tuve la suerte de ir vísperas del año chino y la decoración de todas las zonas era espectacular.
    La fuente de chocolate para tirarse de cabeza.
    El juego de las fuentes exteriores para disfrutarlo, aunque la verdad es que tuve la suerte de ver el original (en Dubai) y se quedan cortas.
    Como bien dices los precios de comida y bebida son extracaros. El servicio es inmejorable.
    En mi caso fue dentro de un paquete turistico con Cañon del Colorado, etcc... y salió algo mejor de precio. Y por la escasa diferencia con otros hoteles, nos quedamos con él.
    Muy recomendable.

  4. #4

    Gondorff

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    A mí también me gustó la decoración, el invernadero con figuras de peces puede ser chocante, pero es estético. Igual que la piscina y el hall.
    A día de hoy el mejor hotel de la ciudad es el Wynn. Completamente nuevo aunque algo alejado. Estuvimos barajándolo pues la diferencia de precio no era tanta, pero las distancias nos echaron para atrás.

    Un abrazo,

  5. #5

    Jeronimo

    Recuerdo haber comido en un Italiano del Bellagio y por lo que dices imagino que fue en El Lago.
    Por cierto no te acercaste al Picasso de Julián Serrano?

  6. #6

    Gondorff

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    Creo que Lago es el único italiano del hotel, seguro que fue en el que tú cenaste. Nosotros estuvimos aquí y en otro de comida internacional sin excesivo interés. El ir con el bebé nos limita bastante ;-(

    Un abrazo,

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