En la Fuente de los Tres Chorros

La de noches estivales que he pasado yo de crío y no tan crío en el techado de la Fuente de los Tres Chorros arreglando el mundo y defendiendo sin mucho éxito las Letras frente a las Ciencias... para acabar durmiendo encima de ella unas decenas de años después.

Majo hostal rústico, reformado con austeridad y respeto. Detalles de haber invertido un buen capital, como esa ducha de hidromasaje, y otros de haberles faltado pàrné, como ese armario sin vestir, bajo (te dejas la espalda para colocar la ropa) y corto (no cabe una camisa de alto, arrastra por el suelo).

No hay servicio muchas horas del día, pero cuando lo hay es gente muy maja.

Buenas camas. Sin ascensor. Bien acondicionado.

Recomendable, si tienes en cuenta lo comentado, pero caro.

P.D.1: ¿Y el gustico que da escuchar el ruidico de los tres chorros? Como un chaval dormí, como un chaval

P.D.2: Y que con casi 50 tacos me tenga que enterar que la calle Cerdeña nunca se ha llamado calle Cerdeña... ¡Manda..!

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