Felicidades Eugenio por la crónica...

Caramba, razón tienen, gran nivel.
Jesuitengarten debe ser jardín de los jesuítas ¿verdad?.

Yo estudié en los jesuítas y no me enseñaron ese garten, jejejej

Es que los jesuitas alemanes tienen estas cosas…si San Ignacio levantara la cabeza…

Por cierto, muy mona tu gata…yo tengo dos y menudas fieras…

Bueno, pues a medio, no, a menos de media cronica, me he salido solo para decirte:
que manera de sufrir!!! (y no te pongo un buen piropo porque falta confianza :-)

eso tengo que leerlo con total tranquilidad, me interesan mucho esos vinos y muchisimo tu opinion de ellos...totalmente de acuerdo con tu punto de vista del 03, el otro día abrí uno con compañeros de mesa un tanto "despreocupados" con los blancos.. jeje... no recuerdo haberles repuesto a ninguno en la copa...;-)

a seguir sufriendo hombre, y cuidado con la corrupcion urbanistica de las parcelitas que te gastas...

Bufff, esperemos que esas parcelitas no las vea ningún concejal de urbanismo...

La verdad que una vez probados los vinos me encantaría poder ir por allí y ver esos viñedos in situ, pero cerrando bien los ojos…la verdad es que hasta te los imaginas. Alguna vez podré escaparme, eso seguro. Lo de los 2003 me pareció una gran sorpresa porque ambos y sobre todo el de los Jesuitas estaban enormemente equilibrados.

Si, interesante crónica, ya había escuchado algo de esto, los amigos de Vadebacus se adelantaron en la crónica hace unos días:

http://www.vadebacus.com/2009/11/dr-burklin-wolf-y-su-kirchenstuck-la.html

Gracias de parte de Vinialia, no se merecen.

Los agradecimientos a todos los asistentes (muchos de ellos hicieron muchos kilómetros y un gran esfuerzo para tener fiesta ese día, a parte del coste económico), a Bettina Bürklin que nos honró con su presencia (al día siguiente tenía cita con la Gault Millau para recoger dos premios: el premio al mejor riesling seco del año 2008, Kirchenstück y premio a la colección del año), a Michael Wöhr por su excelente exposición, al restaurante Peixample por todo el soporte logístico y por el menú que se curraron y también a todo el equipo humano de Bürklin que hace posible estos vinos. Mención especial a los que, como Eugenio, nos han brindado una precisa y preciosa crónica que hace posible situarse en la propia cata.

Y a Verema.com por brindar la ocasión de publicar estos contenidos!