El mejor regalo de mi cumpleaños

Como muchos sabéis 2007 fue un año fatídico en mi vida. Pero un amigo mío de Taiwan (que me llamaba para interesarse por mí más veces que algunos que están en Barcelona) me dijo: “Jordi, en la milenaria cultura china, después de un año muy malo viene uno muy bueno. Aprovecha el 2008 porqué además es el año de la rata… y además es bisiesto”. Sin duda 2008 es mi mejor año y ayer celebré el mejor cumpleaños de mi vida. A las 5 de la madrugada ya sonó el teléfono, era un amigo chino. El móvil, el fijo, no pararon de sonar en todo el día. Llamadas de Valencia, Madrid, Málaga, Bruselas, París, Londres, Budapest… No soy rico en dinero pero tengo una fortuna: Mis amigos. Agradezco por igual las llamadas que lo regalos. Sobre los regalos agradezco sobretodo el que no me trajo mi amigo Marcel. Hace unas semanas me prometió un bastón para mi cumpleaños: “Jordi, un hombre con muleta es un hombre enfermo y un hombre con bastón es un señor”. Todavía no lo tengo, porque tenemos que ir juntos para que la medida del bastón se ajuste a mi altura. Pero Marcel vino a cenar a casa con un gran amigo suyo, que ahora también es mío: Jordi Llavina. Anotad este nombre porque será sin duda uno de los mayores genios de la literatura catalana (los que sepáis catalán leed su última novela “Ningú ha escombrat les fulles”). Jordi tuvo la amabilidad de regalarme cinco libros, recomendándome que empiece por “La Llegenda del Sant Bevedor”, de Joseph Roth. Otro buen amigo, Miquel J. Rius me ha regalado dos libros: La fuerza del optimismo, de Luis Rojas Marcos, y El camino de la autodependencia, de Jorge Bucay. El amigo Juanjo Mohedano, de Vensy España tuvo la amabilidad de mandarme como regalo un buen paquete de salmones Skandia y foie-gras. Nataly, una rusa que es compañera de mi hermano Pau y que ya es parte de mi familia me regaló unas cremas para aliviar los dolores que me produce el pie. Jose Rosell, de Vacum Carnes de Lujo, me mandó unos kilos de chuletas de buey, una carne impresionante que se deshace en la boca. Mis amigos de Can Ràfols dels Caus me mandaron dos cajas de cava y mi amigo Pere Ventura dos cajas más de uno de de sus cavas.

Todos ellos son grandes regalos que no merecía pero que agradezco humildemente. Pero el regalo más especial me lo ha traído hoy mi hermano Pau: Una botella de Champagne Billecart-Salmon Brut Blanc de Blancs 1998. En su adolescencia Pau no tenía vocaciones. Le recomendé estudiar enología y lo hizo en la Escuela de la Vid y el Vino de Madrid. En aquella época yo trabajaba en Vinoselección, con un buen salario. Ese sueldo me permitió comprarle la bata blanca, el mono azul, las botas, los libros… todo lo que necesitaba para empezar sus estudios. Su vida ha sido dura, como la de todos, pero al final se está consolidando como un buen comercial en una importante empresa distribuidora de vinos. Hoy me ha traído esa botella de tan magnífico champagne. Le he dado un abrazo y un beso y he recordado el abrazo y el beso que le di en la Escuela de la Vid y el Vino cuando en su primer día de estudios le acompañé en un taxi. Le dije: “Te deseo mucha suerte, pero trabaja duro”. Ha trabajado duro y la suerte le ha llegado. La botella que me ha traído como regalo de cumpleaños vale más dinero que la bata, el mono, las botas y los libros que le compré en Madrid. Por eso, esa botella es mi mejor regalo de cumpleaños.