De los vinos y la honestidad

4 respuestas
    #1
    De-la-tierra

    De los vinos y la honestidad

    No se que tal me saldrá

    Creo Para mi hay dos tipo actuaciones a corto y a largo plazo unidas por una recta en la que se dan todo tipo de situaciones puntuales, en forma de abanico o simplemente puntuales. simplemente una manera de decirlo.

    He descubierto que cuando bebes un vino no solo bebes la calidad del mismo si no muchas veces la calidad humana del que lo elabora ¿ a cunatos nos ha pasado que aun viendo un vino bueno no lo tragas porque te ha pasado esto o lo otro? todo un abanico en cuanto a la situación de con quien estás pero en este caso hablamos del productor y/o distribuidor.

    ¿Que está pasando en el mundo del vino? Bodegas de mucho volumen con dificultades de venta, cambio en los conceptos de elaboración, nuevas inversiones agresivas, vamos un mal rollo que te cagas que se refleja en todos los sitios a los que vamos.

    Gente fuerte que realmente hace buenos vinos pero que van pisando y hace recordar ese vino del viticultor que aunque sepa a sucio es mas limpio que muchos otros.

    ¿Donde está quedando la honestidad como objetivo a largo plazo? ¿Ctamos vinos realmente buenos o solo vinos producto del interés personal muchas veces ambicioso?

    Señores es una cuestión a plantear pues muchas veces sabe mejor el vino de un honrado campesino que el de un deshonesto especulador que sólo se basa en la prepotencia del dinero.

    A partir de ahí, que vinos es bueno?

    #2
    SantiGH
    en respuesta a De-la-tierra

    Re: De los vinos y la honestidad

    Ver mensaje de De-la-tierra

    Hola,

    El vino puede ser buenísimo o malísimo, y doy fé que me he tropezado con ejemplos de los dos extremos (más del malísimo que del buenísimo), pero creo que el vino hay que juzgarlo como lo que es, un producto susceptible de producir placer y no en función de la simpatía o antipatía que sientas por un determinado productor, viticultor o elaborador.

    Idealmente, un catador debería enfrentarse a los vinos sin prejuicios (ni favorables ni desfavorables) ante cualquier botella. Lamentablemente, como seres humanos, nos es muy difícil sustraernos a nuestras preferencias personales, a factores del entorno, o a nuestra relación más o menos intensa con una bodega o una zona.

    Así que me temo que el tema que planteas es complejísimo, por cuanto no creo que nadie pueda abstraerse al 100% para centrarse sólo en las cualidades organolépticas del vino que tiene en la copa.

    Saludos,

    Santiago

    #3
    Anet
    en respuesta a De-la-tierra

    Pues honestamente....

    Ver mensaje de De-la-tierra

    Estoy bastante deacuerdo con lo que dice Santi.
    Es muy difícil cuando bebes un vino saber apreciar, e incluso conocer de antemano, los secretos de antesala de ese vino.
    El vino se ha de valorar por lo que es intrínsecamente, a mi hay algún elaborador que no me acaba de caer simpático, y es normal, pues no me va a caer simpático todo el mundo!!!, y en cambio sus vinos me encantan, no quiere decir nada, valorar por valorar, hay que ser estrictamente objetivos...puede ocurrir que a veces coincidan las simpatías hacia alguien y que además sus vinos nos parezcan fabulosos, eso es el summun.
    Tb es cierto que cuando bebes un vino in situ, en bodega o al lado de un elaborador que conoces, o incluso si destapas una botella de alguien a quien admiras, o por quien sientas cariño o amistad, tiendas a ser un poco más optimista y además no hay que olvidar que el vino es reunión, comunión, placer compartido y amistad, un buen vino bebido en el momento inadecuado o con la gente inadecuada puede pasar desapercibido, un buen vino bebido con cariño en el momento adecuado, puede parecer sublime.
    Pero el vino, con alma o sin, es un arte que debe ser contemplado con la objetividad suficiente para que podamos gozar del legado de su grandeza.

    #4
    De-la-tierra
    en respuesta a SantiGH

    Re: De los vinos y la honestidad

    Ver mensaje de SantiGH

    No es ese el tema que nos trata, por supuesto una botella es buena o mala y hay que abstraerse a la hora de la cata, cosa que como muy bien tu dices es dificil. Por supuesto que las elaboraciones han de serr buenas. Pero es lo mismo catar una botella buena de una persona que empieza que de otra que lleva toda la vida en ello?

    Es decir, evidentemente existe un marquismo acentuado, añadido a inversiones agresivas que muchas veces no tienen salida pues son solo eso, añadido a una distribució marquista y además el concepto que tu tienes de vino solo lo tiene un 5% de la población. Summun de un momento de cambio en el que se pasa de volumenes a calidad, consecuencia de que pequeñas marcas que luchan en el mercado, que si no tienen una estrategia competitiva son absorvidas, desgraciadamente aunque lo hagan bien pues antes los fuertes viendo la competitividad las vfan a intentar absorve y desgraciadamente sin que el propio mercado les haya dejado la oportunidad de digamos obtener un fondo de cpmercio con el que luchar su propia honestidad

    #5
    Anet
    en respuesta a De-la-tierra

    Re: De los vinos y la honestidad

    Ver mensaje de De-la-tierra

    Llevo dándole vueltas al asunto, y creo que algo llevas de razón...
    el otro día, hablando con un viticultor de la zona, me comentaba que a su vez, había mantenido una conversación con un alto cargo de una gran empresa vinícola, y haciéndole una pregunta o interrogación sobre el futuro del sector en la zona, el susodicho jefazo le contesto:
    -Aquí el sector caerá...seguro!!!!
    A lo que el viticultor se llevó la mano a la cabeza y le dijo si estaba seguro, seguro, y porqué???, y el susodicho de antes le contestó...
    -Seguro, seguro...como que lo haremos caer nosotros...!!!!
    ...
    A esto le llamamos nosotros pez grande contra chico con escopeta y
    lanzamisiles, pero bueno, las cosas son así desde que el hombre es hombre y la única opción que le queda al pez chico, como a David, es pegarle al pez grande por sorpresa, con humildad y resignación, y esperar que Dios te lleve de la mano...o como mínimo, que tenga compasión de tí.

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