Agradecería comentarios

9 respuestas
    #9
    MCamblor
    en respuesta a Saspi

    Todo eso puede pasar...

    Ver mensaje de Saspi

    Efectivamente, puede uno tener mal día, ponerle comida incompatible al vino y, encima, puede el vino saturar. De hecho, esto último es algo que pasa mucho con los vinos ";modernos"; de alta graduación, hiperextracto y mucha madera. La impresión que dan de plano es de ataque, no de caricia, y el paladar quizás se resiente. Y is tuviste un mal día, pues, lo que quieres son caricias y no ataques, o sea que vienes por lo general un pelín predispuesto.

    En cuanto al queso y las anchoas, muchos quesos blandos tienden a ";desequilibrar"; los vinos tintos de no muy marcada acidez en otra dirección: Los ";vacían"; y los hacen fofos, dejándote un caparazón dulzote y sin estructura. No recuerdo que nunca me haya pasado lo de que se enfatice el alcohol. Y las anchoas, pues, depende de la preparación del plato.

    Lo uqe te dice Alex de la temperatura puede ser cierto también. Hasta una variación mínima puede cambiarle el perfil a un vino, para bien o para mal.

    M.

    #10
    Dani C.
    en respuesta a Jilguero

    Saturación o colapso

    Ver mensaje de Jilguero

    De acuerdo contigo y con Manuel. Y además el primer ejemplo que me ha venido a la cabeza ha sido Valduero. Otro que también acabó por saturarme, pero que me encantó, es otro de esos vinos ultramodernos pensados para la cata pura, el Sot Lefriec 2000. De todos modos ha llovido mucho desde entonces y no sé cómo jugará ahora mi mente ante este inmaridable vino.

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