Sobre el anuncio de Faustino de más arriba en esta web

Quisiera dejar una crítica constructiva, si es que los buenos señores de la bodega nos leen.

Primero, aplaudo que quieran sinceramente involucrar a sus clientes (o al menos clientes potenciales) en una decisión tan, pero tan crítica como denominar una empresa de esta naturaleza. Me parece un gesto muy acertado, y el viaje a Londres es un aliciente importante.

Segundo, el enfoque que están tomando no es el mejor y ni siquiera me parece bueno. Entré a la web de Faustino para ver si participaba, y ¡caray! sólo me encontré información sobre la capacidad de la bodega, el parque de barricas que tendrá, los pagos de donde vendrá la uva y algo más por ahí. ¿Como es que podemos proponer un buen nombre sólo con eso? ¿Como es que Faustino espera encontrar propuestas que reflejen el espíritu de lo que ellos quieran lograr con su nueva bodega en la Ribera del Duero?

En estos tiempos que corren el nombre de un producto debe dar una impronta poderosa, única, fiel a los valores que sustentan a la marca. Si Faustino nos dijera (¿o espera que ya lo sepamos, o que lo investiguemos en todo caso?) lo que su nueva bodega quiere ser, otro gallo nos cantara. ";Buscamos un vino que recuerde la belleza de la comarca, que se alce como un estandarte de renovado clasicismo en Ribera del Duero, o que sea un vino poderoso, de larga guarda, bien madurado en barrica y con viñas viejas de los pagos que alguna vez fueron propiedad del conde de villaescondida..."; etc ¡que sé yo!

Primero hay que tener bien claros los valores que la marca quiere presentar, y después, sólo después, buscar el nombre. No es suficiente que el nombre nos guste. ¿Acaso alguien cree que la junta directiva de Intel amaba el nombre de Pentium?

My two cents.

DPW