En torno a la Nebbiolo, con Juancho Asenjo
Ayer celebramos en la sede de verema.com una cata-degustación-clase magistral sobre los vinos de nebbiolo (fundamentalmente Barolo) a cargo de Juancho.
Antes que nada agradecer a Juancho su amabilidad, generosidad y ese amor a estos vinos que nos permiten a los demás poder llegar a apreciarlos y valorarlos en su justa medida. Es un crack.
Los vinos catados fueron por este orden:
Barbaresco 2000 Borghese Piero Busso
Barolo Cannubi 1999 Brezza (Barolo)
Barolo Fosatti 2000. Enzo Boglietti
Barolo Bric del Fiasc 2000 Paolo Scavino (Castiglione Falletto)
Barolo Bricco Fiasco 2000 Azelia (Castiglione Falletto)
Barolo Monprivato 1995 Giuseppe Mascarello (Castiglione Falletto)
Barolo Granbussia Riserva 1998 Poderi Aldo Conterno (Monforte)
Barolo Gavarini Vigna Chiniera 2000 Elio Grasso (Monforte)
Barolo Runcot 1999 Elio Grasso (Monforte)
Langhe Nebbiolo Sperss 1999 Gaja (Serralunga)
La nebbiolo produce vinos realmente complejos y complicados, con esos colores anaranjados que pueden engañar al neófito sobre su estado de evolución, esa nariz sutil, ese tanino consistente que aparece después de una entrada en boca ácida y refrescante. Verdaderamente son vinos difíciles en la mayoría de los casos, pero que desde luego le llegan a uno al alma.
Destacaría las diferencias que pudimos observar entre aquellos vinos criados en toneles grandes y que a mi modo de ver proporcionaban mayor tipicidad, y en mi caso me gustaron (mejor, me atrajeron) más:
Barbaresco 2000 Borghese Piero Busso
Barolo Cannubi 1999 Brezza (Barolo)
Barolo Bric del Fiasc 2000 Paolo Scavino (Castiglione Falletto)
Barolo Granbussia Riserva 1998 Poderi Aldo Conterno (Monforte)
Barolo Gavarini Vigna Chiniera 2000 Elio Grasso (Monforte)
Excepción, el Barolo Monprivato 1995 Giuseppe Mascarello (Castiglione Falletto), era el vino más tradicional de todos, el más antiguo y casi el único que había empezado a desarrollar esos característicos aromas de flores marchitas que la nebbiolo desarrolla con los años, pero tenía un tanino absolutamente secante de difícil paso por boca.
Los elaborados en barrica francesa, fantásticos todos también, pero… bueno…, con aromas y recuerdos olfativos más familiares y que por tanto me sorprendieron menos. No estoy hablando de cómo los puntuaría llegado el momento de hacerlo, sino la capacidad de sorprender y por tanto de cautivar. A saber:
Barolo Fosatti 2000. Enzo Boglietti
Barolo Bricco Fiasco 2000 Azelia (Castiglione Falletto)
Barolo Runcot 1999 Elio Grasso (Monforte)
Langhe Nebbiolo Sperss 1999 Gaja (Serralunga)
Por las opiniones vertidas y porque efectivamente es un tremendo vino, el vino de Gaja fue el triunfador de la noche.
La noche continuó con un sorprendente Vermouth piamontes que también trajo Juancho para antes de empezar a cenar, un magnum de Barolo Bricco Fiasco Azelia 1998, y una larga en interesante tertulia. Un lujo.