Bodegas Corral ha sabido mantener su esencia en sus más de cien años de trayectoria. Si su fundador, Don Saturnino Daroca, estuviera aquí, estaría orgulloso del camino recorrido, porque aun consiguiendo adecuarse a las novedades tecnológicas y adaptándose a los tiempos modernos, su sueño inicial cuando plantó aquellas primeras viñas en Sojuela (La Rioja) en 1898 aún se mantiene presente. Tanto es así que una de las últimas novedades de la bodega es un guiño a aquellas cepas que este humilde cosechero y bodeguero, cultivó hace más de un siglo, un vino que consigue transmitir todo el empuje de este riojano de pura cepa. Sueño cumplido, sin duda.
Después de diversas generaciones dedicadas al negocio y de tomar el nombre y el escudo de armas de la familia Corral, es a mediados de los cincuenta cuando la bodega se desarrolla comercialmente abriendo nuevos mercados. En 1974 inaugura sus instalaciones en Navarrete (La Rioja), situándola en el eje de La Ruta Jacobea del Norte y la Ruta de Navarra.
Bodegas Corral está enclavada en pleno Camino de Santiago, en su recorrido por La Rioja, una tierra que es más que el nombre de sus internacionalmente admirados vinos. Es un cruce de caminos que a lo largo de la historia han definido su auténtico carácter. Retales de arte y cultura, cuna del castellano, odas al vino y a su rica gastronomía. Un entorno admirable, un paisaje asombroso, un viaje al pasado, presente y futuro que el viajero puede sentir cada vez que abre una botella de vino de Rioja.
Estar en pleno Camino francés (declarado Patrimonio de la Humanidad y el más antiguo de los caminos de peregrinaje hacia Santiago de Compostela) y junto al Hospital de Peregrinos de San Juan de Acre, dota a Bodegas Corral de un enclave único, ya que se nutre del equipaje cultural y del saber que los peregrinos aportan en cada viaje.
Por eso Bodegas Corral significa conocimiento del arte del vino, sabiduría arcana y volátil transmitida de viajero en viajero.
El cultivo de la vid, el cuidado y mimo que le dan a las uvas sus viticultores y la selección rigurosa de sus frutos son parte del sello de identidad de sus vinos. De calidad excepcional, su selección singular apuesta por mantener la esencia del terruño, reflejo de la artesanía de su labor equilibrada con una técnica rigurosa a la par que respetuosa con los ciclos de la naturaleza.
Las variedades viníferas que cultivan están seleccionadas por su excepcional aptitud para producir vinos de gran calidad: Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Maturana Tinta y Graciano para los vinos tintos, y Tempranillo Blanco, Maturana Blanca, Garnacha Blanca y Viura para los vinos blancos. El Tempranillo merece una especial atención por ser la variedad reina en Rioja. Da unos vinos de moderada graduación alcohólica y acidez, francos al paladar y muy aptos para la crianza, con la que no pierden su frescura y consistencia.
Su mirada está puesta en la viticultura ecológica y en convertirse en una empresa sostenible basando su filosofía en tres pilares: medioambiente, sostenibilidad del medio rural e inversión en I+D+i.
Hace seis años Bodegas Corral apostó por la sostenibilidad, el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático desarrollando un Plan Estratégico cuyo objetivo planteó para 2024. Dentro de los puntos en los que trabajan están: transformar los viñedos tradicionales en ecológicos, reducir la huella de carbono y el uso de azufre en todos los procesos de elaboración y crianza, gestionar eficientemente el agua y la energía con sistemas naturales de depuración y la optimización de recursos y la obtención de los certificados Wineries For Climate Change y la ISO 14.001.
Además, están invirtiendo en proyectos de I+D+i destinados a la mejora de todos los procesos y el desarrollo de productos más naturales, saludables y ecológicos aportando así un valor añadido y un beneficio a los consumidores. Todo con la idea de dar valor a su región y no olvidándose de su origen, involucrándose en su tierra y fomentando un enoturismo responsable y sostenible.
Dentro de las actividades que se ofrecen, en la bodega cuentan con aula de cata, sala multimedia, comedor privado, una sala de degustación en un antiguo depósito de hormigón, paseos a caballo entre viñedos, visitas a bodega y un original wine bar instalado en un customizado Land Rover.
Además, durante los meses de verano, Bodegas Corral abre las puertas de su wine bar “Una Parada en el Camino”, un punto de encuentro en el corazón del Camino de Santiago para peregrinos y amantes del vino. Un oasis para disfrutar de La Rioja, sus viñedos, sus vinos y su gente. Para más información sobre el wine bar “Una Parada en el Camino” consulta su página web: https://www.bodegascorral.com/wine-bar/
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