Visual: Dorado pálido casi pajizo. Muy limpio y denso.
Olfativa: A copa parada predominan, diría que abusan, las notas de hidrocarburos dejando en segundo término notas florales. Una vez movida la copa aparecen más notas florales, fruta exótica y cítricos. A media botella se muestra cierta fruta con hueso, ciruela.
Gustativa: Fresco. Entrada con el típico dulzor de estos vinos, en comparación con sus homónimos alsacianos, dando paso a una plenitud de fruta tropical, y acabando con un retronasal cítrico. A medida que el vino se abre aparecen las notas de ciruela y sobre todo la lima inundando la boca.
Un vinazo por menos de 11€. Excelente para acompañar unos mejillones al vapor, y más en este verano gaditano que está siendo muy caluroso. Es la segunda botella que pruebo en dos semanas y seguramente van a caer unas cuantas más.
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