VISUAL: Color oro viejo, poco brillante, algo turbio y muy denso.

OLFATIVA: Inicialmente olor a "sardinas en aceite"

GUSTATIVA: Aromas de crianza en barrrica, mucho cuerpo y glicerico.

Aspecto turbio, amarillo dorado, lágrima gruesa.
Complejo naríz, fruta blanca y tropical (litchi), miel...
En boca, balsámico, largo, expresivo.
Postgusto secante con final persistente.
Un vino sorprendente.

Botella 13516 de 19500.
Dorado con preciosos reflejos marfil. Limpio. Espectacular densidad y movimiento al ser aireado en copa.

Aromas frescos citrícolas -lima, pomelo y recuerdos a mandarina clementina- y maduras más golosas -albaricoque, ciruela, pavía madura y melocotón-. Me dan también notas amieladas, mermelada casera, de monte bajo -matorral- con ligeros casi inexistentes toques florales -margaritas- bajo fondos tostados acaramelados.
En boca tiene una entrada de acusada densidad, mostrando su temple. Impresionante recorrido que recuerda la fruta madura -ciruela, albaricoque, melocotón- de la fase olfativa, junto a las notas tostadas antes descritas. Es un vino blanco con mucho carácter y personalidad. Bien hecho e íntegro. Un consejo: elegir un buen momento para disfrutar de él. Buena RCP, 12 euros aprox. en tienda.

Color dorado pálido. Nariz muy personal e intensa, con aromas tostados, de fruta amarilla, de pieles de cítricos y algunas notas florales y de maderas nuevas. En boca se muestra algo menos expresivo, con un buen ataque, graso, con correcta acidez que equilibra perfectamente el conjunto, sin aristas a pesar de la crianza y la notoria "juventud" del vino. Me ha parecido algo mejor en nariz que en boca, algo que sin duda lo mejorará el tiempo. De todas formas me ha cautivado más esta añada que la anterior, creo que puede llegar a la altura del 2001.

Visual atractivo amarillo limón con reflejos dorados.

Nariz repleto de aromas límpios y frescos aportado por las notas cítricas lima-limón, con peso aportado por las notas melosas del melocotón maduro –orejones- y pomelo. Las notas dulces bien equilibradas (dulce de membrillo) acompañadas por notas de heno y matorral seco, sobre un fondo cremoso y ligeramente tostado.

Boca denso y graso en ataque, con mucho carácter, recorrido intenso en carga frutal con notas maduras, de buena acidez y final largo con postgusto fresco a la vez que maduro.

A destacar… un blanco muy personal con mucho carácter, potente y equilibrado. Un blanco fresco, ácido y dulce.