Y hoy vamos con este monovarietal de uva Viognier que mi buen amigo Nacho me recomendó, a ver qué tal. Un vino procedente de las inmediaciones del Parque Nacional de Cabañeros, en los Montes de Toledo, con un 20% del mosto criado durante seis meses en barricas nuevas de roble francés. Lo abrimos y lo metemos en la nevera, lo sacamos después y tras una horita abierto, procedemos con su valoración a 11°C. Corcho de longitud media y muy compacto.
VISUAL: Precioso color amarillo dorado, de cierta evolución, con reflejos acerados, muy luminoso y brillante. De lágrima abundante, rápida y con un grosor medio (92).
OLFATIVA: A copa parada encontramos aromas de fruta tropical, a piña, plátano y maracuyá. Agitamos y nos vienen recuerdos dulzones de natillas, crema inglesa, membrillo y mermelada de ciruela amarilla. También asoman herbáceos de grama húmeda recién segada, algo de flor blanca (azahar) entremezclándose con sutiles notas cítricas que nos llevan hacia la mandarina o la ralladura de cáscara de naranja. Complejo y de intensidad media-alta (93).
GUSTATIVA: Qué vino más sabrosote, corpulento, con el puntito alcohólico marcado (14%) y muy cremoso al tacto, amable y untuoso en su paso por boca. Con una acidez contenida, transmitiendo sensaciones dulzonas y lácticas, de una amabilidad tremenda. En retronasal predomina el puntito tropical y cítrico, a tamarindo y pomelo. Y en el post-gusto más de lo mismo, frutoso, con notas cítricas de pomelo, algo de piña y el matiz avainillado de pastelería que nos recuerda a un barquillo relleno de crema. Me quito el sombrero con este vinazo, un espectáculo de elegancia, en donde su grado alcohólico compensa su baja acidez, le aporta personalidad y le mantiene perfectamente estructurado, equilibrado y elegante. Nos ha encantado, y agradezco mil veces a mi amigo Nacho esta recomendación. De sobresaliente alto, sensacional, vinazo en toda regla (95).
La RCP me parece excelente. Nos costó 14.50 euros la botella, increíble para la calidad que atesora.
MARIDAJE: Abrimos la botella compartiendo un arroz caldoso de langostinos y almejas. Otro día acompañó unos lomos de wahoo al tomillo en salsa de naranjilla. Y nos lo terminamos con un delicioso suquet de gambas y chipirones. Fantástico con todos los platos, pero destacaremos el maridaje con el wahoo. Las notas salinas, herbáceas y tropicales del pescado y sus salsita, armonizaron exquisitamente con los apuntes frutosos y exóticos de nuestro tremendo y espectacular viognier. Qué gozada amigos!!
VIDEOCATA: https://youtu.be/3JPAWSJktWw
Salud-os!!
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