Sacado a 14ºC de vinoteca.

Corcho que se rompe al extraer con dos tiempos (me confié, debía haber usado láminas en un 2007).

Filtrado y decantado un rato antes de tomarlo.

Visual

Picota-cereza de capa media-alta, ribete atejado-transparente, limpio (salvo posos en el final de la botella y en el ribete en las últimas copas), algo opaco, de fina y abundante lágrima de rápida caída.

Visual ya evolucionada y corcho, en este caso, que no aguantó. (7,5)

Nariz

De buena intensidad con fruta negra muy madura, notas de endrinas, toques de flores marchitas, ligerísimos amielados, especias dulces, balsámico-mentolados, tostados, chocolate negro, herbáceos y pimienta negra.

Buena nariz aunque más oxidativa que en la botella abierta hace 2 años y pico, notablemente más evolucionada aunque, en global, muy bien. (8,6)

Boca

Ataque frutalmente potente y contundente, seco, aún con buena acidez, sabroso, sedoso, redondo, de buen volumen y cierta densidad, buen cuerpo y notable estructura.

El paso por boca es agradable, con taninos poderosos pero ya muy pulidos, dulces y sabrosos. Vino muy redondito.

El final es de notable longitud con fruta negra madura amargosa, herbáceos, mentolados, especiados y un toque de chocolate y sutiles amielados que lo redondean fenomenalmente bien en retrogusto y retronasal.

Excelente la boca de este vino. Mucho mejor que su nariz y visual. (9,4)

Además, gana muchísimo con la aireación, por lo que recomiendo abrirlo y decantarlo con tiempo para poder sacar lo máximo de él.

Seda pura. Toro totalmente domado y para disfrutar ya (o en un plazo de no más de 1 año).

Una vez más, no falla incluso con mucha más evolución que la anterior botella.

Excelente RCP.

Botella bordelesa  de etiquetado de fondo negro con toques plateados en la tipografía y algunos dorados. Buen corcho largo y grueso no muy bañado en vino rojo picota por el interior.

Recién abierto el vino no me gustó mucho: algo deslabazado, sin integrar, madera y fruta en opuestas direcciones, acidez desequilibrada,... ni habría hecho nota de cata.

Pasados entre 2-3 días desde la apertura, la historia cambia y mucho.

Visual

Picota de capa media alta, ribete granatoso-transparente con ligerísimos destellos atejados, limpio, brillante y con buena y abundante lágrima, densa, de lenta caída. (9,1)

Nariz

Muy intensa y frutal (fruta negra madura), regaliz, toffee, balsámico-mentolados muy importantes, notas minerales, cantos rodados, monte bajo, hierbas aromáticas, ligeras notas pasteleras, tinta china, algo de coco rallado, pimienta negra, laurel y vainilla. Sorprendente a las 60 horas. Sin signo alguno de oxidación. (9,2)

Boca

Ataque frutal y fresco, sabroso, de contundencia media-alta pero sin excesos, volumen medio plus controlado, más fresco que la inmensa mayoría de Toros que conozco, densidad media plus, de mediana expansividad en boca pero que se desarrolla vertical, fresco y con una excelente acidez (sorprendente en un Toro de más de 10 años), taninos muy poderosos y dulces pero que aún piden más años de pulido en botella (perfectamente aguantarán el vino un lustro más). Paso por boca equilibrado, redondo, con muy buena frescura balsámica, especiado y herbáceo en el paso por boca.  Final largo y sabroso, a fruta madura pero aún ácido-amargosa en el final, especias, regaliz y menta en un retrogusto estupendo; en vía retronasal aparecen además notas muy sutiles a finas maderas, toques minerales y algo de toffee, coco y laurel que lo rematan estupendamente bien. (8.9)

Sorpresa mayúscula. Es un vino que había bebido varias veces ya pero sin darle el debido tiempo: abierto y bebido. Nunca me gustó demasiado (me parecía que le faltaba botella, integración, acidez elevada pero desequilibrada, etc)... Hasta hoy que he podido recatar una botella abierta el martes, de la que quedaron unos 500 ml y que se mantuvo a temperatura ambiente (17-18ºC ahora en casa), a oscuras y con vacuvin. El vino ha cambiado completamente a mejor: se ha crecido, está más equilibrado, mejor integrado, más frutal y con la madera menos presentes (los barnices iniciales casi han desaparecido).

Una vez más, el vino nos demuestra que, por mucho que creamos conocer, siempre nos queda algo más. Humildad ante todo.

Me quedan varias botellas más de esta añada y de la 2006 que, en el futuro, abriré y decantaré con horas de tiempo antes de disfrutarlo: el vino lo merece y, la verdad, es una pena que recién abierto no sea ni la sombra de lo que es luego (es una pena porque en una situación común, a un vino tinto es imposible darle 60 horas de apertura para poder apreciarlo en su mejor momento y sin ápice alguno de oxidación).

Su PVP ronda los 14-15€ aunque pude conseguirlo en una liquidación a un precio prácticamente irrisorio (3-4€ la botella).