Tenemos entre manos este Viña Pomal reserva de la añada 1.994 con un buen nivel de líquido, un cm por debajo de la vitola negra. Abrimos la botella utilizando el abridor estándar de tijeras pero el corcho se nos iba resquebrajando continuamente lo cual no auguraba nada bueno (aún así conseguimos que no cayera nada al líquido). Por si fuera poco observamos unos fuertes aromas rancios poco agradables por lo que decidimos esperar dos horas antes de proceder a su cata. Veamos...

VISUAL: Precioso color rojo picota de capa alta con un brillante ribete teja anaranjado. Lágrima abundante fina y transparente (94).

OLFATIVA: Pese a que nos había asustado recién abierto, tras dos horas de aireación la cosa ha cambiado, los rancios y acéticos se han volatilizado y aparecen aromas típicos de un viejuno riojano, desván, flores marchitas, fúngicos de trufa negra y notas de regaliz puro moro. La cosa por supuesto no acaba ahí y en movimiento encontramos algo de fruta negra en compota (mermelada de higos), especiados de nuez moscada y clavo, herbáceos de estragón y alcaravea así como notas minerales de arcilla húmeda. La pátina terciaria no se hace esperar y nos muestra apuntes de café molido, cacao, puro habano, ahumados y sutiles notas amaderadas de fondo. Espectacular bouquet de gran complejidad y de intensidad media-alta, nariz brutal, de las que no te dejan despegarte de la copa...(94).

GUSTATIVA: En boca se muestra muy amplio y de una sedosidad exquisita, lácteo y con los taninos vergonzosos en primera instancia aunque resurgen desde el final del paladar para ser el primer pílar de la gran estructura que muestra. El segundo no es sino su hercúlea acidez, vertebradora y definitivamente impropia de un vino con 23 años a cuestas. Retronasal complejo, notas de fruta roja muy madura, apuntes minerales arcillosos y un final amaderado con recuerdos de roble que le dota de gran elegancia. Persistencia de tres minutos y medio con un post-gusto delicioso semi dulzón, muy amable. Creo que seguirá a gran nivel por muchos años, facultades no le faltan. Vinazo que ensalza la cosecha del 94 en La Rioja. Enorme viejuno que afortunadamente fue de menos a más (95).

La RCP pese a costarnos casi 25 euros la considero excelente pues vale mucho más de lo que costó.

Lo abrimos en casa acompañando una paellita con setas, conejo y costilla entre buenos amigos españoles que nos visitaban esos días. Como siempre un viejuno es un maridaje ideal con las paellas de carne y más si lleva setas. Fúngicos, herbáceos y mineralidad en total armonía con los sabores del arroz. La paella por suerte estuvo a la altura de nuestro vinazo. Nunca nos cansaremos de disfrutar de vinos como éstos, de pedacitos de tiempo embotellados para el disfrute futuro, qué maravilla!

Salud-os!!