Nos enfrentamos a un vino de la afamada cosecha del 64 en Rioja. Esperábamos esta botella como agua de Mayo. Ya nos queda una semanita para volver a casa por Navidad, como el turrón, je, je, así que nos estábamos guardando los buenos viejunos para el final. Intentamos abrir la botella con un abridor de lamas, pero pese a todos los esfuerzos el tapón acabó cayendo en el líquido, eso sí, enterito. Aún así lo dejamos respirar por hora y media y procedimos a su cata a 18°C.
VISUAL: Precioso color rojo cereza de capa media con un ribete amplio y atejado, bastante cristalino para su edad, sin turbiedad, con reflejos burdeos.
OLFATIVA: En nariz desprende un apabullante olor a fruta escarchada, a compota de fresas y ciruelas así como un claro recuerdo a duelas envinadas. Acompañan una interminable retaila de aromas, herbáceos de hierbabuena y laurel, especiados de canela, vainilla y pimienta negra, balsámicos de eucalipto, flores marchitas, fúngicos de trufa blanca, en fin ... una barbaridad!!...grandiosa nariz. No te cansas de oler y oler porque sabes que no cesarán de aparecer matices, toda una experiencia olfativa que termina con una pátina de terciarios elegantísima, cacaos, cuero ruso, caja de puros, maderas exóticas y un delicioso toque entre dulzón y mentolado a after-eight. La intensidad es descarada, te descoloca saber que tras 51 años tiene ese poderío. Nariz perfecta, no se le puede pedir más!!
GUSTATIVA: En boca nos encontramos con otro ejemplo de libro de lo que fue la cosecha del 64 en la Rioja. Un vino con mucho cuerpo y a la vez lácteo, de una acidez bestial, con los taninos muy pulidos aunque aún perceptibles, amplio y sabroso. Tiene un punch que enamora, parece un gran reserva del 94 pero redondeado a la perfección, se muestra mucho más joven de lo que realmente es. En retronasal nos retrotrae a lo percibido en nariz, fruta en compota, duelas envinadas y un toque fúngico de trufa cuasi afrodisíaco. La persistencia es de cuatro minutos y medio, descomunal.
¿Hasta cuándo seguirá así? Me parece que "in sécula seculorum", no le veo final, es una bestia inmortal. Un vino redondeado por Leonardo Da Vinci, la cuadratura del círculo, me quito el sombrero ante los señores de bodegas Bilbaínas en los años 60. Sin duda el mejor 64 probado hasta el momento, en el podio de los mejores vinos catados en mi vida, muy cerca de la perfección. Afortunadamente la sinergia entre naturaleza y hombre es capaz de crear prodigios como éste. Que goce señores!! Qué botella nos ha salido!!
La RCP es excelente pues conseguimos esta Joya Riojana en subasta por 24 euros mas transporte, lástima que sólo fue una, aunque acompañada de otra del 55 de la cual daremos cuenta por supuesto.
Maridamos este portento de vino con una tapita de jamón ibérico Joselito y con un filete de corvina con parmesano de plato fuerte. Una cena exquisita, un jamón de esos que parece mantequilla enamorándose de la suave textura y de esa redondez que atesora nuestro 64. Respecto al pescado...idem de idem: el cuerpo, la elegancia y el espectacular bouquet de nuestro vino se entendió a la perfección con el fino y delicado sabor de la corvina que coqueteaba con los deliciosos aromas lácteos del parmesano. Una cena que jamás olvidaré, que gustazo para los sentidos, algo colosal!!
Adjunto unas fotos.
De color rubí rojizo muy claro, de capa media-baja, límpido, refulgente. Reflejos granadinos y anaranjados, brillante. Borde amplio, atejado.
Muy potente, abierto, sin necesidad de esperas ni de tomar aire para mostrarse en plenitud. Una de esas pocas ocasiones en las que no se ha dejado respirar al vino al menos una hora. Limpio, expresivo, maduro, casi goloso con notas de frutos rojos escarchados (madroños, marrasquino), orejones, fruta pasa, que se funden en un fondo tostado de enorme calidad: cacao en polvo, cedro, cremosos, trufa negra, monte umbrío, turba. Se intuye una mayor presencia de garnacha de lo que la bodega reconocía en su momento. Quizás en esta cosecha incluso fuera a la par de la tempranillo... Mucha personalidad!!
En boca se agarra sin ningún respeto. Amplio, firme, con mucha pegada, dotado de una acidez de vino joven y de una cantidad ingente de fruta roja reducida. En algunas cosas puede recordar a una buena añada del Etiqueta Blanca de Murrieta. Ahí vuelve esa sensación de garnacha generosa. Un tinto sabroso, especiado, maduro, grueso. Va sobrado en todo. Ha llegado a un momento de consumo fantástico y nada indica que vaya a venirse abajo en unos años.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/10/bodegas-bilbainas-vendimia-especial.html
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