Este blanc de noirs está elaborado partiendo de la variedad garnacha y presenta color oro pálido con burbuja muy fina.
En nariz los primeros aromas en asomar son los tostados y los de la manzana dulce y roja; le siguen notas balsámicas y pinceladas golosas que recuerdan al caramelo blando. Con mayor oxigenación todos estos aromas se mantienen y a ellos se incorpora la hierbabuena, en un conjunto aromático interesante y muy agradable.
Entrada potente en boca, protagonismo frutal que mezcla un sutil sabor a frambuesa con frutos secos (avellana). El carbónico está bien integrado y se agradecen las notas suavemente cítricas de pomelo. Tiene largura y buena acidez.
Una apuesta con proyección futura.

Visual_ Amarillo dorado pálido y con reflejos más dorados. Limpio y brillante. Burbuja, fina, persistente y con corona consistente.
Nariz_ Aromas a manzana golden, bollería, frutillos rojos, hierbas de tocador.
Boca_ Ligero, buena acidez, fácil de beber y fresco. Buena longitud
Curioso experimento de cava Riojano. No está mal

Un vino espumoso curioso, por su variedad de Garnacha, que creo que todavía está por envejecer un poco más en botella, no sé si así lo hará. No me ha acabado de gustar este blanc de noirs, a pesar de su atractivo y de su apuesta por la innovación. He encontrado excesiva espuma y carbónico y una cierta acidez no del todo equilibrada. Quizás habrá que darle tiempo o no está en mis gustos favoritos de un espumoso. Lo veremos con el tiempo. Hay que darle una oportunidad.

El planteamiento me parecía muy atractivo, espumoso, riojano, garnacha ¿por qué no? y sí, porqué sí.
El color es pálido para su procedencia tinta, menos intenso que la coloración dorada con que la pinot noir suele dotar a sus vástagos albinos; tiene un bonito oro pajizo que ya quiere demostrar que es diferente. La burbuja es fina y escasa.
La nariz es muy limpia y sutilmente expresiva, te habla pero no te grita. Finos tostados y manzana fuji, frescor de montaña y caramelo sugus., culmina con hierbas aromáticas.
Mantiene su carácter varietal (dulzura, frescura) sin achicarse ante las notas de los 18 meses de crianza con sus lías que aportan redondez y aromas más clásicos.
En boca tiene una entrada estructurada pero elegante, con el carbónico bien presente pero perfectamente ensamblado. El sabor a frambuesa y otros frutillos rojos del bosque está armoniosamente equilibrado con la suave acidez del pomelo que le otorga largura y prestancia.
Cava fácil de beber pero no olvidable con personalidad y queriendo hacerse un sitio.