Cata de blancos especiales en la despedida de Puck del grupo En-Torno-al-Vino

No es una despedida, es sólo un hasta luego

Ésta era probablemente la cata más difícil que me había tocado preparar en cuatro años de catas con estos grandes amigos.

Pero antes de nada quisiera aclarar que En-Torno-al Vino no se ha disuelto, ellos siguen con sus citas mensuales en Madrid, pasándoselo genial y aprendiendo en cada cata. La despedida era la de Javi y mía pues mi traslado definitivo a la ciudad de Valencia me impedía mantener mi compromiso con el grupo con la seriedad que mis compañeros se merecen.

Pero ya que esto es una despedida no puedo dejar de mencionar el pasado, los cuatro años que nos han unido y en los que he crecido exponencialmente en mis conocimientos del vino, es decir, he pasado de no saber absolutamente nada y no ser consciente de ello a ser plenamente consciente de que no sé absolutamente nada ;-) ¡Pero cuánto me he divertido...!

Un poco de perspectiva

Nuestra penúltima reunión y motivo de este artículo, tuvo lugar el 10 de junio y digo penúltima porque todavía nos veríamos una vez más celebrando la Saca de Primavera de Tío Pepe en la sede de González Byass, pero parafraseando a Michael Ende:

Ésa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión.

Un mes después, a mediados de julio, se habría cumplido el cuarto aniversario de aquella primera cita en la que nos reunimos ocho foreros de Verema con una ilusión tremenda y un amor por el vino más grande todavía. De aquellos ocho iniciales hemos sobrevivido tres,  Anubis7,  Fidalgo  y yo, Mara Funes. Los tres hemos luchado contra los elementos naturales y humanos para que el grupo siguiera adelante, manteniendo viva la llama de la pasión que nos une.

Al año se incorporó mi compañero de cata y de vida JaviValencia. Tres años de AVES y A3 Valencia-Madrid, tres años de cambiar turnos para llegar con la lengua afuera a las 19:30 a la casa de Anubis7, sede oficial del grupo. Desde luego, el esfuerzo que ha hecho para no faltar a ninguna cata es realmente incomparable.

Pero no sólo hemos catado allí. Hemos tenido la inmensa suerte de haber podido catar en varias ocasiones en lugares tan significativos en nuestro mundo como son la anteriormente mencionada sede de González Byass, Bodega Santa Cecilia y Lavinia.

Dos años después se unió a nosotros el benjamín del grupo, Santilz, pero que no os engañe su corta edad pues pocas personas he visto más serias en su compromiso para con el vino en general y nuestro grupo en particular, y menos personas aún con su talento e instinto para las catas a ciegas, nos ha dado más de una, de dos y de tres lecciones a los supuestamente "expertos" y también nos las ha colado ;-) ¿Recordáis la cata de vinos chilenos?

Ha habido varias incorporaciones y deserciones por motivos múltiples pero con la incorporación de Isa, Silvia, Vicente y las insignes profesionales Torera y Marina, se cerró un grupo serio, comprometido pero que al mismo tiempo disfrutaba y aprendía de cada una de las catas.

Me centro en la cata:

En enero de este año -si mi memoria no me falla- habíamos cambiado de "modus operandi" a la hora de elegir la temática de las catas pasando de votación de temas a que cada miembro del grupo y de forma rotatoria, fuera quien organizara la cata. Una vez que supe definitivamente la fecha de mi traslado elegí mi turno para el mes de junio y casi al mismo tiempo decidí el tema de mi última cata.

Indudablemente debía versar sobre vinos que me emocionaran y los vinos que más me han emocionado en el último año han sido vinos blancos. Como las catas son siempre a ciegas y no quería una cata complicada, me centré en vinos nacionales. No pude conseguir todos los que inicialmente me vinieron a la mente pero los que finalmente fueron servidos encajaban a la perfección con mi requisito de vinos especiales.

Antes de seguir adelante quiero dejar claro que todos los vinos los intenté comprar de la manera tradicional, vía tienda, pero sólo conseguí hacerlo con uno de ellos: El Transistor. Para los demás me puse en contacto directamente con las bodegas, algunas me echaron una mano, otras no. Obivamente, los que me echaron una mano fueron los que participaron en la cata.

Desde aquí mi reconocimiento a:

• Finca Las Caraballas
• Coto de Gomariz Asociación de Atlantic Terroirs y Xose Luis Sebio
• Bodega del Abad
• Bodega Juan Carlos Sancha

Sede del evento:

Mas antes de meterme en faena, mención obligada al Restaurante El Padre de Madrid, que nos dio todo tipo de facilidades para que la cata transcurriera a la perfección y que después nos dio de cenar de lujo, tal y como la ocasión se merecía.

El orden elegido fue siguiendo un criterio de combinación de añada, paso o no por barrica y variedad de uva. Los dos primeros son blancos sin crianza. Los tres siguientes sí han tenido crianza y el último, aunque sin barrica y el más joven de todos, al provenir de una uva tinta que ha mutado a blanca recientemente decidí ponerlo al final porque al menos a mí, me parecía el más singular (no quiero decir el mejor).

Empezamos:

Finca Las Caraballas 2011

Coto de Gomariz Colleita Seleccionada 2011

El Transistor 2011

VISUAL: Color amarillo pálido ligeramente dorado.

 

OLFATIVA: Se abre con toques de hidrocarburos. Prosigue notas de flor blanca, el cítrico dulce de la piña, la fruta de hueso (albaricoque) y notas minerales de tiza. Al llegar a la manzana muy madura un catador ya aventura su crianza y continúa: caramelo, toffee... sin olvidarnos de la levadura de panadería. Nariz muy completa y placentera.

 

GUSTATIVA: Gran acidez que equilibra su grasa y su gran volumen. Se muestra salino pero de nuevo equilibrado por las notas de manzana amarga y los tostados dulces. Redondo al tacto, de sabor intenso y muy largo en su recorrido.

 

Compensado y elegante.

 

 

Salvaxe 2011

Gotin del Risc Godello sobre Lías 2008

Ad Libitum Blanco 2012

• Bodega: Juan Carlos Sancha
• D.O./Zona: Rioja
• Tipo de vino: Vino blanco sin crianza
• Variedades: 100% tempranillo blanco
• Elaboración: Elaborado con la variedad tempranillo blanco procedente de la mutación genética de una cepa única de tempranillo tinto hallada en Murillo de Río Leza (La Rioja). Este vino ha pasado por una crianza de 7 meses sobre lías en depósitos de acero
• Precio aproximado en Internet: 10-11€
• RCP: Excelente

VISUAL: Tiene un color amarillo más pálido que los anteriores.

 

OLFATIVA: Nariz de mar con recuerdos a moluscos. Notas hidrocarburadas, piedra blanca y un punto medicinal. Fruta blanca.

 

GUSTATIVA: Si la nariz es discreta la boca habla en voz alta. Ataque potente de gran acidez, casi punzante, especiado (pimienta blanca) con un amargor final que lo equilibra; complejidad. Gran volumen en boca y a pesar de su punto picante resulta redondeado al tacto. Excelente estructura, casi de tinto.

 

Diferente, muy recomendable para quienes quieran ir un paso más allá en los blancos.

 

 

Notas finales:

Antes de finalizar esta crónica quería comentar varias cosas y la primera es porqué no hemos evaluado los vinos. El motivo es que siendo vinos tan especiales para mí me resultaba muy difícil poner uno por encima de otro, son vinos que por separado son excelentes en sí mismos y así es como quiero que se les recuerde.

 

Si queréis conocer la valoración que de ellos tienen los foreros de Verema no tenéis más que pinchar en cada enlace.

 

La segunda tiene relación con dos temas de gran interés en nuestro mundillo del vino y uno de ellos de gran actualidad ahora mismo. Me estoy refiriendo a los dos verdejos.

 

Mucho se ha hablado últimamente de la Denominación de Origen Rueda y mucho se ha criticado la forzada homogeneización de sus vinos elaborados con uva verdejo, homogeneización buscada por quienes llevan años dirigiéndola. Pues bien, dos de mis cinco vinos especiales estaban elaborados con esa uva y uno de ellos ha sido protagonista de la coerción ejercida para elaborar según sus cánones y como consecuencia y desde hace uno año  se encuentra fuera de la D.O.

 

Independientemente de este guiño lo que más me importa resaltar es que ninguno de ellos fue reconocido como "verdejo de Rueda" por ninguno de los catadores (yo no me incluyo porque sabía los vinos que eran, muy posiblemente a mí me habría sucedido lo mismo) ¿Adónde quiero ir a parar? Pues sencillamente a que hoy en día, los verdejos puros, elaborados sin maquillajes y habiéndoseles permitido expresarse con libertad, no son reconocibles como "verdejos de Rueda". 

 

Vuelvo a repetir que nada tenía que ver con la pericia de los catadores porque -y esto no es una casualidad- varios de ellos los emparejaron, es decir, apostaban a que ambos verdejos estaban elaborados con la misma uva y provenían de la misma región

 

¿Queréis saber con qué uva creían que estaban hechos y de dónde provenían? Los identificaron como, muy posiblemente, chardonnays procedentes de alguna región o d.o. ubicada en Cataluña.

 

Da que pensar ¿no creéis?

© Mara Funes Rivas - Septiembre 2014