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Weirdo.es entrevista a nicojames

CANTALOOP (FLIP FANTASIA) Después de publicar una entrevista de Don Fernando Il Padrino del Vino I,II y III en iamvino, hace unos días Fernando Angulo decidió que quería entrevistarme a mí para su blog, weirdo.es, uno de las más originales relacionado con el mundo del vino en España. NJOY esta entrevista "UNPLUGGED" y visita el blog de Fernando para aprender la sensualidad del vino. Nico, tengo entendido que tu historia es realmente fascinante, has vivido en multitud de lugares y con muchísimas culturas diferentes. Por favor, cuéntanos en profundidad algo más de tu origen. Desde pequeño me han enseñado lo que es viajar entre Alemania e Inglaterra, pues mi padre era militar para las Fuerzas Armadas Británicas. Los viajes eran traslados de una casa a otra. Con ellos también, me tenía que acostumbrar a adaptar el nuevo entorno. Nuevos amigos, nuevas escuelas, otras culturas… la vida hasta los 16 años no era nada aburrida. Me criaron entre 3 culturas: la británica, la alemana y la de mi padre: la Santa Luciana. Mi padre era negro, mi madre es blanca y viviendo en otro país entre las dos culturas tan distintas, mis padres me enseñaron a respetar a las personas, a tratarlas bien y a ser sincero y humilde. Me apoyaron en todo lo que hacía y cuando no lo hacía bien, también me lo hicieron saber. Mi padre era muy estricto conmigo y mi madre era y es como la Madre Teresa. Entre los traslados y los cambios, era muy difícil saber identificarme con algo. En los primeros 7 años de mi vida, me sentí alemán y cuando los niños de la escuela en Inglaterra me empezaron a llamar niño chocolate, empecé a darme cuenta de que yo no era un alemán normal. De hecho, algunos me llamaron Nazi, cosas de niños, pero todo era extraño y confuso para mí. Siempre me he sentido como extranjero, daba igual a donde fuera. Mi piel y mis fracciones tenían un tono caramelo para los blancos y para los negros lo único que me hizo sentir como ellos, era el hecho de que mi padre tuviera su mismo color de piel. Con 19 años, pasé 3 meses en la isla de Santa Lucia, se supone que mi casa. Ahí yo era un negrata blanco. Era una forma de aprender quien era yo. Era duro escuchar que nadie crea que eres de una raza cuando toda la vida te has criado con ello y lo has vivido. A partir de aquí fui madurando y hoy me acepto como soy. Soy Nico, Nico James, un cuvée de todas las variedades, las parcelas, las denominaciones de origen y añadas posibles, y ya está. ¿Alguna vez tu familia ha conocido en sus propias carnes lo que es el racismo dentro del mundo del vino? Destinados en Alemania, en el año 1976, yo tenía 2/3 años y mandaron a mi padre con otros compañeros a ayudar con la vendimia en el valle del Mosela, muy cerca de Luxemburgo. Eran unos 24 soldados en total, todos blancos menos mi padre. Los bodegueros estaban esperando la ayuda de los británicos como el desierto la lluvia. Esperaban una tarde en la plaza central del pueblo. Llegaron los soldados que se pusieron en un lado y al otro el alcalde del pueblo, que dio instrucciones a los bodegueros. Podrían escoger en orden alfabético a la persona que querían para hacer la vendimia. En plan años 30, como en las películas, escogieron cada uno el soldado de estatura más adecuada y músculo para cargar con las cestas y recoger la uva. Uno a uno los soldados se fueron con sus respectivos “dueños” como esclavos temporales, la única diferencia era que todos, menos uno, eran blancos y estaban en pleno siglo XX situados en el centro de Europa. Nadie era racista y nadie es. El único que no tenía “dueño” era mi padre. Todos los soldados estaban emparejados con las familias bodegueras, menos un hombre negro, mi padre, con ganas de llorar y pensando que el mundo era más que injusto. El alcalde y un par de personas le miraron con cara de pena y se fijaron en una lista. Aquí se dieron cuenta que había una familia que no estuvo presente y era ésta que se iban a quedar con el negro. Amablemente acompañaron a mi padre a la casa de la familia en cuestión. Subieron el valle a pie, mientras anochecía una vez que llegaron, dejaron a mi padre sólo para presentarse en la casa del bodeguero. El negro llamó a la puerta, una chica abrió la ventana de la habitación de la primera planta de la casa, justo encima de la puerta. Miró para abajo y la noche ya llegó, era oscuro y no se veía nada. Mi padre tampoco sonreía con lo cual ni sus dientes se podían ver. Después de echar un largo vistazo abajo por la puerta sin ver nada, la chica cerró la ventana. El negro tocó la puerta otra vez. La chica bajó, abrió la puerta y se asustó a ver un hombre tan grande y tan negro. Mi padre le explicó quien era; la chica todavía asustada, llamó a sus padres y pronto vinieron a saludar. Aunque al principio estaban un poco sorprendidos de que su ayudante fuera negro, le trataron como un señor. Los días siguientes, el negro ayudó con la vendimia en las complicadas pendientes del Mosela. La plantación de plátanos de mi abuelo le ayudó a dominar el arte de recoger uva. De hecho le resultó mucho más fácil, dado que las manos las tenía muy grandes. La vendimia se completó en una semana y media y aquel negro lo hizo más rápido que cualquier otro compañero y bodega de la zona. Pronto la noticia corrió por el pueblo y hacían cola para contratar al hombre negro y echarles una mano. Orgulloso, el negro rechazó todas las ofertas, “haberme cogido desde el principio” contestó enfadado. Mi padre tuvo un final feliz con aquella familia. Le respetaron y se hicieron grandes amigos. Su forma de ser, sus ganas de trabajar caían bien, y hoy, los integrantes de aquella familia, siguen siendo algunos de los mejores amigos que tenemos en Alemania. ¿Qué significa para ti el río Mosela y la Riesling? El Mosela y sobretodo el pueblo de Ürzig, tiene un significado especial para mí. No sólo por la historia de mi padre sino también porque estudié empresariales en Treveris (Trier en alemán) durante un tiempo. La zona no deja de fascinarme y el Riesling de allí tiene una expresión especial que no se encuentra en otra región de Alemania. ¿Cuando llegas a España y cuales son tus primeros pasos en el negocio del vino en nuestro país? Desde hace tiempo el vino forma parte de mi vida. Cuando tenía 19 años, el vino del supermercado era una apuesta segura. Fuera tinto o blanco o incluso Liebfraumilch, uno de los vinos más básicos alemanes. Sin embargo, no fue hasta que decidí venir a España a estudiar español cuando realmente supe lo que era el buen comer y beber y en definitiva apreciar el buen vino. Era todo un descubrimiento. Entre Barcelona y Andalucía, entre el vino catalán y el Fino o la Manzanilla, entre el pescado frito y el pan con tomate, mi paladar y mis sensaciones empezaron a tomar otro rumbo. Trabajando en la multinacional Henkel en Barcelona, cené muchas veces fuera de casa y casi siempre bien. No me importaba “invertir” en cenas de restaurantes de nivel y lo disfrutaba muchísimo. De todas formas, la vida de un ejecutivo puede ser muy glamouroso y aunque mi trabajo me encantaba, era demasiado estresante. Entre objetivos y la presión del día a día, una parte de mí me decía que tener este estilo, este ritmo de vida no podía ser para siempre. En Henkel me trataron muy bien, aprendí muchísimo a veces a base de meter la pata, a veces por arriesgar y ser atrevido. Tengo buena relación con la empresa y ex compañeros todavía. De aquí empecé a pensar en mi sueño de comenzar en el mundo del vino. Dejé de ser un ejecutivo, me casé con la mujer de mi vida, Mariona, que me había introducido al mundo del Cava y monté la empresa Nico James SL. Pronto, a través del curso de sumiller y el Master de Enología y el Marketing del Vino, me abrieron paso a un mundo nuevo. Empecé a aprender, y todavía estoy en ello. ¿Como empiezas a importar vinos? Tenía muy buenas referencias de los vinos de Alemania, pero en España no se conocían mucho. Hice una selección de algunas bodegas y llegué a un acuerdo con ellos para importar los vinos para toda España. Yo buscaba distribuidores en todas partes de España. En Barcelona tenía un par de contactos, pero nadie estaba por la labor de vender vinos “tan complicados”, nadie quería coger vinos extranjeros porque veían mucho trabajo y poco beneficio por las horas invertidas. Al final decidí ofrecer los vinos yo directamente a la restauración barcelonesa y funcionó. En otras partes de España estamos representados por distribuidores. No cualquiera. Creo en los vinos de nuestro surtido, cada uno único y elaborado por personas que dedican mucha pasión y “viven” sus vinos. Los distribuidores tienen que sentirlos también si queremos tener posibilidades que triunfe el vino. Hay bodegas que no han encajado en el perfil nicojames o nosotros no con ellos. Mimamos lo que tenemos entre manos y los vinos tienen su razón de ser. Tenemos 3 bodegas del Mosela, cada uno con unos vinos únicos. No tiene nada que ver el contraste de acidez y azúcar residual de St. Urbanshof con la acidez chispeante que se encuentran en los vinos de Mönchhof. Joh. Jos. Christoffel Erben, tiene muchos vinos dulces, ‘Vendimias tardías’ muy expresivos y elegantes. Cada uno con su propia historia y filosofía singular de vino. Como dijo Jancis Robinson, “el vino es geografía en la botella” y dado mi forma de ver el mundo, hoy no sólo tenemos vinos alemanes. La empresa Nicojames es cosmopolita y tenemos también vinos de España, Austria, Alsacia, Nueva Zelanda y Argentina. No sólo vendemos vino a distribuidores, restaurantes, tiendas y a particulares tampoco. ¡El vino es mucho más que eso! También estamos muy activos en eventos de empresa, de team-building, rutas del vino y Entertainment Puro con algunos Shows que hemos hecho, todo relacionado con el vino. ¿Donde podemos leerte o escucharte? Nuestro último hijo fue el Blog: www.iamvino.com donde damos opiniones de todo tipo de asuntos relacionados con el vino y www.vinomotion.com el Videoblog de nicojames que estamos reestructurando para darle otro aire. Nuestra web es una apuesta del futuro en las redes sociales e intentamos estar más que activos con una imagen joven y dinámica. Nos preocupamos por nuestros clientes y lo primordial es que queden contentos. Gracias a ellos estamos donde estamos. No obstante sabemos que hay que mejorar en todo continuamente, es la tarea que más nos ocupa. Lo hacemos todo para el vino, para que el vino dé placer, para que todos entendamos mejor lo que es el vino y tengamos menos miedo a probar cosas nuevas. No tenemos que tratar como la Biblia lo que nos dice un señor o un mega-crack experto en vino. Él nos guía, pero el consumidor decide si le despierta sensaciones o no. Para mi es la esencia y seguiré tratando de aportar mi granito de arena en esta dirección a nuestros clientes, lectores y espectadores.

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