Vinomadas: el padre que no reconoce a su hijo

Lees un artículo y te juras que alguna vez lo has visto anteriormente. Dejá vu. Haces memoria pero te falla. ¿Qué te pasa? Ni tu lo sabes.. Paseas por la ciudad y ves una cara que te suena. Tienes la sensación que concoes a esta persona pero no la ubicas, el dónde y el qué tampoco los encuentras. Eres bodeguero. Has luchado durante muchísimos años para crear un vino de autor. El primer año experimentabas en la viña. El segundo año experimentabas con diferentes técnicas de elaboración y la crianza en diferentes barricas. Ahora has logrado un vino que mata. Los críticos avalan tu apuesta  con puntuaciones altísimas y vuelves loco a todo el mundo con este pedazo de vino que haces; tu hijo.

 Tan bueno es tu vino que ahora estás presente con él en una cata de los 35 mejores vinos de España en una cata a ciegas. Son 3 tandas de cata con lo cual no sabes en cual está presente. Hay peridodistas, personas importantes del mundo del vino  y los mejores sumilleres de España. Hay tensión. También puedes participar en la cata junto a otros bodegas. Después de catar los 35 vinos, no tienes ni idea cual de ellos fue el tuyo. Tienes la sensación que te han engañado.

Tu vino no está en la cata. Pero te confirman que por supuesto estaba en la cata. ¿Qué ha pasado? Te autoculpas diciéndote que es por el cansancio del viaje o igual el vino se mostraba diferente hoy que otros días. Cuando te enteras que era el vino 18 de la segunda tanda, todavía te preguntas por qué. Llegas a casa con ganas de suicidarte. No reconoces ni a tu propio hijo, la criatura que tanto te ha costado crear. Pero no te machaques, es sólo un vino. Acordarte de él con los ojos tapados con muchos dobles engañando tus sentidos es casi misión imposible. Ni los mejores son capaces...