La cabra al monte, y yo al campo.

Es el placer de lo sencillo. Su transmisión campestre, propia de la variedad, me encanta. La etiqueta transmite lo natural y orgánico, cabra aparte. Aquí noto un paso más en su despedida en boca. De color casi nulo, acerado, con algún reflejo verdoso. Limpio en aromas, con las características notas de hierba seca y frutos secos, a las que siguen cítricos y fruta blanca en forma de pera. Refrescante en boca, caramelo de hierbas, como un eucalipto suave, y ligero almíbar de pera, placentero conjunto, con muy buena acidez y fino amargor.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    G-M.

    Como le gusta al gallu la garnacha blanca...

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