Veinte días después.

He disfrutado otra botellaza de este vinazo blanco que hace la gran bodega Herdade do Esporao, aunque como he dicho por activa y pasiva es bastante inferior a la añada 2010.
En esta ocasión las sensaciones son muy semejantes a las dos experiencias anteriores.
La nariz sigue siendo sobre todo muy frutal, también se detectan flores, minerales y cítricos entre otros aromas.
La boca está muy equilibrada y tiene buena complejidad, el paso de boca es largo y frutoso y el final tiene buena persistencia.
Lo dicho un excelente vino a una muy buena/extraordinario precio.