Color rosa pálido con irisaciones fresa. Limpio y brillante.
En nariz y en boca es un vinio engañoso, no sabes muy bien a qué te enfrentas. No sabes si es un fino de Montilla-Moriles o un rosado de nuevo cuño.
Tiene esos toques oxidativos de la crianza biológica, esas maneras.... y luego ese tacto oleaginoso... Y ese juego salino-dulce...
Acompañó una comida en una taberna cordobesa maravillosamente.
Me ha gustado mucho. No sé si me hubiera gustado tanto si lo cato en Burgos, por ejemplo.
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