Color amarillo con sospechosos destellos como cobrizos. ¡Hubiera jurado que era un blanc de noirs! Burbuja fina que asciende ordenadamente en forma de rosario hasta romper la superficie dejando un pequeño remolino muy curioso en el espejo.

En nariz es suave, sutil, con cierta complejidad. Es un espumoso maduro, con frutas de hueso, peras y manzanas, casi en compota, alguna cerecilla incluso. Unos tostadillos muy marcados y final de hierba cortada, no recién cortada, más bien fermentando.

En boca está realmente rico, con esas frutas y esos tostados mencionados en la nasal, manifestándose en el paladar. Sabroso, cremosillo, pero seco pese a lo hablado.

La burbuja es fina y abundante, se desbrava pronto, me hubiera gustado un pelín más de persistencia.

No esperaba yo una cosita tan rica, oye.

La presentación está muy lograda, al uso clásico con estilo, con la banda roja cruzada sobre letras doradas en papel blanco de calidad. Caperuza dorada.