Pues año y medio después, su hermana de camada sale a la luz y resulta incluso mejor. Aquello de las botellas cobra más importancia en el tiempo.
Su resistencia ha sido buena y abierto con tiempo, permitió que fuera recuperando vigor y en las últimas gotas hasta recuperó sensaciones de acidez que anuncian buen augurio para el resto de la camada.

Mucho tiempo pasado y aunque ahora estoy en tomar de vez en cuando vinos ya envejecidos, a veces incluso demasiado envejecidos, para conocer un poco otra faceta de los vinos: su resistencia y evolución tardía.
Color cereza, con ribete atejado evolucionado, capa media, lágrima correcta poco persistente. En nariz con intensidad media hay frutos rojos madurados, licorosos, especias dulces, vainilla, tostados. En boca tiene un ataque inicial suave, cuerpo medio, reaparece la fruta licorosa; muy evolucionado y por tanto con poca intensidad y persistencia.
Siempre me pareció un suave Rioja clásico, pero ha aguantado sus más de 12 años.