Probado en un bar de copas de Segovia para almorzar y dado que nos gustó, compramos una caja a 8 €/botella que hubo que llevar al brazo hasta el coche aparcado en el acueducto. Caja de la que ya queda poco.
Color granate con ribete marron teja ya muy evolucionado por el tiempo, capa media alta, lagrima espesa. Aromas de fruta negra muy madura en buena intensidad, presencia de vainilla. En boca tiene una entrada golosa, con sensacion glicerica, aparecen las ciruelas negras dulces, algo de caramelo, y un final en boca muy agradable aunque ya menos persistentes que el recordado.
Un vino algo diferente. Recuerdo que comentaron que se llevó zarcillo de oro (como otros muchos).