Encantador

Ambarino claro, destellos cobrizos.

Buena intensidad en nariz donde se muestra complejo y desarrollado, poco a poco las frutas escarchadas y la parte floral se van integrado y dando paso a unos preciosos terciarios, tierra mojada, trufa blanca, café en grano, especias, confitura de naranja. También percibimos mieles, frutos secos y ahumados, todo ello junto formando una paleta exótica y encantadora.

En boca muestra un equilibrio apabullante, todo se encuentra en su lugar, no estamos hablando de un año excepcional pero el tiempo va obrando milagros en este vino y se muestra maduro y armónico aunque todavía joven, con acidez y un gran desarrollo, quedando en el final recuerdos de frutas bien maduras y especias, con un dulzor integrado y mucha elegancia. Persistente.

Está claro que Yquem necesita un mínimo de 30 años para entrar en su fase de consumo y así nos lo muestra este delicioso 81, año más bien fresco y complicado pero que da resultado en un vino lleno de sutilezas y armonía, complejo y equilibrado, delicioso en todas sus fases. Con vinos como este, el mito Yquem se justifica y nos demuestra que hay que tener paciencia y guardar. Grande.

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