Aunque ha perdido algo de su frescura y de su excelente frutilla roja y golosinas, sigue manteniendo el carácter mineral, de tinta china y balsámico del Priorat -tan presente habitualmente en las creaciones de Alfredo Arribas (Clos del Portal)-; a cambio, ha ganado en madurez y estructura. Me quedo, a pesar de todo, con los matices que tenía hace dos o tres años por su frescura y golosidad. Muy lejos, sin embargo, de su hermano mayor: Somni (en añadas como 2009 o, sobre todo, 2010).
En mi modesta opinión, creo que en óptimas condiciones de conservación, puede estar óptimo 2 o 3 años más. Aunque creo que ahora mismo está en la punta de evolución. No vale la pena esperar más. De todos modos depende de cómo te gusten los priorats: si frescos, minerales y golosos (como a mí) o más maduros y concentrados.
Cuando la cates nos cuentas.
Saludos.
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