A las 3 horas de abierto evoluciona en nariz pero, sobre todo, en boca, a notas muy potentes de chocolate con leche. Un muy buen vino sin paliativos que se crece con el paso de las horas desde el descorche.
Gran vino
NOTA DE CATA:
9.3
CALIDAD-PRECIO:
7,0
Botella bordelesa con buen corcho, largo y apenas bañado. Buen color y aroma de la parte interna del corcho.
Oxigenado casi 1 hora antes de tomarlo.
Visual: rojo picota, de alta capa y extracción, ribete todavía con destellos violáceos, limpio, brillante y con muy buena lágrima que tinta y tiñe ligeramente la copa.
Nariz: algo tímida de inicio pero se va abriendo con la aireación. Mucha fruta roja más bien fresca, no muy licorosa aún, buen fondo especiado, a lácticos, regaliz y maderas finas. Muy coomplejo en nariz con aromas primarios y secundarios muy patentes.
Boca: fresco pero con buen volumen, llena bastante la boca, estructurado a tope, carnoso, goloso, rico, literalmente se masca la uva, con buen tanino, presente pero que apenas se agarra a las encías aunque puede tener margen de pulido en botella. En boca el paso es muy muy agradable con un final más bien largo con balsámicos y un muy ligero amargor final que invita a seguir bebiendo. En retronasal deja un rastro también especiado y mentolado bastante bueno.
Fenomenal representante de la Ribera del Duero sin paliativos y con muchos años de recorrido en botella.
Precio algo elevado (entre 24 y 28 euros) pero que, EMHO, el vino lo justifica.