Otra buena garnacha de Cebreros.

Y no paran de sorprenderme la cantidad de buenos vinos que se están haciendo en Cebreros, una zona casi olvidada y que ha estado a un paso de desaparecer pues se han arrancado muchas viñas viejas, las mismas que están logrando estos buenos vinos.

Color rojo cereza intenso, limpio y brillante.
Intensidad media-alta. Aconsejo abrir con antelación pues tarda en expresar. Fruta roja, especiado, toques anisados, roble cremoso, algo de bombón.
Paso de boca sabroso, fino, elegante y aterciopelado con el tanino ya maduro y el alcohol integrado. Recuerdo en boca medio.

Precio sobre los 25-28 €, algo caro, pero estos vinos de poca producción y difícil elaboración no suelen ser baratos.

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