En un contexto en el que en los últimos años se han multiplicado significativamente el número referencias de vino españoles, el marketing aplicado a la marca y la presentación cobran una especial relevancia. En este sentido, "chapeau" por este nuevo vino elaborado por Bodegas Vicente Gandía en esta nueva etapa de descentralización productiva hacia nuevas zonas, más allás de la Comunidad Valenciana.
Por otra parte, es curioso que sea a finales del año 2011 cuando se presente una añada 2010 de un vino elaborado con albariño y sin ningún típo de crianza. Esto, también tiende a romper tabús sobre la longevidad de algunos de los vinos blancos españoles. Con un par de....eso.
El vino se muestra a la vista con un color amarillo más subido de lo habitual en la zona, casi pajizo. En nariz muestra aromas de frutas blancas y amarillas carnosas (pera, melón, albaricoque, melocotón), notas florales y algo de bollería. En boca entra con una buena estructura y tiene un recorrido bastante largo, con buena acidez. En retronasal nos recuerda las notas de la fruta blanca y ciertos toques minerales, con un ligero y agradable amargor final. El PVP en tienda rondará los 10 euros.