Máxima elegancia en un tinto naturalmente dulce
Ésta es la segunda añada de este tinto naturalmente dulce, de nombre David, procedente de uvas merlot 100%, elaborado en la Axarquía de Málaga, en Sayalonga, por Bodegas Bentomiz. Es ésta una bodega que, desde sus inicios, se ha especializado en la elaboración de vinos naturalmente dulces, principalmente de moscatel de Alejandría, y que ha demostrado su maestría en la producción de este tipo de vinos elaborando un tinto naturalmente dulce de merlot que, en esta añada, alcanza niveles de elegancia y finura sin precedentes.
Con una visual de color rojo granate, es un vino poco cubierto, lo que adelanta un perfil de extracción polifenólica comedida, en una firme apuesta por la elegancia y la suavidad en la expresión tánica. Con reflejos violáceos, limpio y muy brillante. De lágrima abundante, no tintada, fina y lenta en su movimiento por la copa.
En nariz destaca un primer plano con un exuberante despliegue aromático de frutas maduras y frescas, con la expresión amplia de la macedonia de frutas: frambuesas y frutas rojas, recuerdos de plátano, de manzanas rojas y dulces. Presenta un delicioso fondo de aceitunas negras que lo dota de profundidad. Jovial, fresco, desenfadado, juvenil, a la vez que serio, armonioso y elegante.
En boca destaca por una increíble frescura y una deliciosa fluidez. De taninos dulces, aterciopelados, amables, casi imperceptibles, que únicamente le aportan cierta estructura, respetando en todo momento la elegancia y la fluidez del vino. De tacto glicérico, con un dulzor muy comedido y contrapuntado de manera magistral por una excelente frescura integrada. Muy frutal nuevamente en boca, con recuerdos de manzanas rojas y macedonia. Vuelve a ser muy jovial, amable y vivaz en su paso por boca, pero a la vez que elegante y equilibrado. De un final no muy largo, pero que deja en el paladar sensaciones frescas y frutales que invitan siempre a una segunda copa.
Un tinto naturalmente dulce, de muy limitada producción, del que es difícil encontrar parangón en el panorama vinícola, por su frescura, elegancia y equilibrado dulzor que lo hace muy maridable (desde estofados y guisos de ternera, hasta postres con base en el chocolate o en los frutos rojos).