Clarete muy rico

Visual: Naranja claro con destellos rosas (algo más evolucionado que en el que cató José Gabaldón), limpio y brillante. A baja temperatura cuesta que aparezca la lágrima pero si se le deja evolucionar en copa, al movimiento, puede apreciarse una buena lágrima con el aumento de la temperatura.

Nariz: fruta roja, fresas, frambuesas maduras, cítricos, arándanos, regaliz y un toque de licor. Aprecio también con el aumento térmico aromas balsámicos no presentes cuando el contenido de la copa es frío.

Boca: entrada fácil, fresca, algo secante y corto en el final cuando está frío, el final aumenta en longitud y sensaciones cuando la temperatura del vino es más alta siendo entonces más licoroso (es más notorio el alcohol). Acidez muy buena, tanicidad controlada, poco astringente y muy fresco. Coincido con José Gabaldón en esas notas muy sutiles, apenas perceptibles, de aguja que lo hacen ideal para el verano y para acompañar aperitivos y comidas ligeras. La retronasal es sumamente agradable.

Fácilmente cae una botella entera entre dos personas (e incluso una sola persona si tiene bastante comida para acompañar).

Maridado con una pizza de atún con cebolla, queso, tomate, alcaparras, especias, albahaca y aceite de oliva. El vino era ideal pues no se superponía para nada al sabor del plato pero sí lo complementaba maravillosamente bien.

Me gusta más no tan frío: a 5-6 grados entra genial pero no se aprecia ni en nariz ni en boca muchas de sus cualidades. En mi caso, lo tomaría a 10 grados para apreciar ese final no tan corto y secante que he visto se produce a menor temperatura.

PD. La botella se ha mantenido en todo momento a temperatura mediante el uso de jarra térmica. Esta jarra garantiza el mantenimiento de la temperatura inicial de la botella hasta 2 horas.