No tan excitante

Aún siendo uno de mis vinos preferidos, un año y medio después de la última cata, este Aquilón no me rusultó tan excitante. Todos sabemos que la cata es un placer subjetivo. Las condiciones conductuales y anímicas determinan nuestras impresiones organolépticas. En esta ocasión me resultó algo más agresivo en boca y menos fino y cremoso en nariz, más rústico en definitiva , más vulgar. Me volvió a parecer esplendoroso, potente y poderoso, per acusé cierta falta de elegancia y exceso de agresividad. Veremos en sucesivas catas

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