Un Rioja fresco y delicado de color rojo cereza con ribete violáceo, brillante. En nariz notas de la crianza en barrica, tostados, notas de cuero y toques de fruta roja madura. En boca un vino fresco, suave, ligero, buena acidez y taninos marcados. Fruta roja y muy agradable.

No exagero si digo que llevo tomadas este verano más de 80 botellas de este vino, si bien he comprado más de 100, habiendo regalado algunas.
Sin ser un gran vino, tampoco se le puede exigir demasiado teniendo en cuenta que en bodega su precio es inferior a 3€. Pero me resulta muy agradable, fresco, de paso fácil, suave, medio cuerpo, nada pesado, equilibrado, acidez controlada y agradable persistencia.
Me reafirmo en mi anterior valoración, echando de menos algo más de intensidad y expresividad en nariz, pero las notas medias que se aprecian resultan bastante agradables.

Si realmente existe la diferencia de sexo entre vinos, este podría denominarlo como un vino totalmente femenino. Escondido entre un manto amarillo pajizo pálido, muy brillante, con un muy ligero destello verdoso, nos muestra una entrada en boca totalmente amable y discreta, fresco, sensible, goloso, totalmente equilibrado, de medio cuerpo, agradable, ligero y suave acariciándote en su paso, acidez correcta y postgusto medio de grata persistencia.
En nariz es donde realmente “empieza el juego”, ó al menos así lo define debajo del nombre del vino en la etiqueta, pero echo a faltar mayor expresividad é intensidad, con unos aromas medios, frescos, donde se aprecian ligeras notas florales como violetas, y atenuadas notas de frutos verdes de pepitas como peras, membrillo y manzana, no apreciando ninguna nota de mineralización.
Me resulta muy agradable para esta época del año y fácil de beber.