Rojo picota, ribete cardenalicio, capa alta.
Nariz intensa, fragante, compleja, que mejora con el aire. Notas florales, violetas, recuerdos de frutas negras pasificadas, marcados especiados de canela y pimienta negra, regalices, ahumados, minerales de grafito, café en grano, tabaco de pipa, maderas nobles. Un torbellino de aromas poderosos y cambiantes.
En boca es un vino único, casi inimitable en su estilo, es brutalmente denso, casi se mastica, de enorme peso. Pero una magnífica acidez, un paso muy redondo, sin aristas y un final sabroso, frutal, redondo, tánico pero noble, sorprende a catador que espera un vino que casi le arrase el paladar. Buena persistencia.
Un vino personal, que muestra ese estilo único de Dal Forno, vinos que dejan entrever los bajísimos rendimientos y la viticultura extrema de su productor, vinos casi más para catar que para comer, pero ante todo vinos que dejan huella por su enorme categoría. Fantástico Valpolicella. Unos 75 euros.