Clásico... pero

Para mí, beber con frecuencia un vino de López de Heredia es casi una obligación por respeto a su historia, tradición e inmovilismo. Algo así como la fe ciega en una manera de hacer. Y con ello hasta el final.
Efectivamente este vino, quizás no estaba ya en su mejor momento, y sin duda se trata del de menor potencial de la casa.
Prácticamente lo único destacable del vino es su marcada personalidad, su evolución, su capa baja, su poco cuerpo.
Por desgracia - no sé si por efecto del corcho - también detecté suciedad. Mucha suciedad que no creo que sea solo del tapón.
Frescura, sí; pero ¿dónde estaba el vino? Ido.
Como siempre en la casa, una experiencia.

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