Alain Brumont, llamado el papa del madiran, no sólo produce este tinto famoso del suroeste de Francia sino también blancos : Pacherenc du Vic-Bihl sec Pierre de Grès, Le Chardonnay d'Alain Brumont, Les Jardins Philosophiques o una cuvée bautizada como Constance, un vino muy similar al jurançon. Comercializa también varios tipos de madiran : Vieilles Vignes, Prestige, XL y La Tyre.
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde que catamos este vino y el tiempo lo ha mejorado notablemente. De color rojo oscuro, opaco, sin diferencia entre el núcleo y el menisco, evolucionó rápidamente, sacando aromas de jugo de grosella negra, de pulpa de guábana, de cacao rallado, de hojas de habano y un rastro de cuero viejo.
En boca, es muy bordelés : suave, sabroso, armónico, distinguido a la par de potente, dotado de gran estructura, con sabores a moras de zarzál, arándanos, ciruelas damascenas cocidas, carne ahumada, a las que se sumaron unos taninos fundidos, cremosos, espectacularmente pulidos y una acidez más que suficiente para sostenerlo a gran altura. Hay apuntes de paloduz y de pimienta de Cayena. Parece estar llegando a meta : ha tocado el techo y ya no va a progresar. Los posos manchan la botella - no fue filtrado - y permitieron que envejeciera hermosamente.
Por desgracia, los papas no son eternos : Alain Brumont se ha dormido en sus laureles. Hoy en día, una plétora de viñateros y viñateras ambiciosos lo han alcanzado y, quizás, superado : Denis Capmartin ( Château Barrejat ), Christine Dupuy ( Domaine Labranche-Laffont ), las hermanas Bortolussi ( Domaine Berthoumieu. ) Sea cual sea, la competencia es estimulante : recordemos que no vivimos en un mundo de ositos cariñositos. ( PVP : 12 € en la época, pero cuesta ahora 26 €. )
De robe grenat à reflets violets, il est assez discret mais élégant au nez, dominé par des arômes de cassis & de mûres de ronces. La bouche est opulente mais déséquilibrée : il y a de l'acidité, des tanins & trop d'alcool mais il n'y a pas d'harmonie. La finesse des années précédentes fait défaut : on remarque à peine les nuances de santal & de truffe. A force de vouloir montrer que Montus est un vin de classe mondiale, Alain Brumont tombe cette fois dans l'excès. Nous avons la nostalgie du temps où il produisait des vins rouges peu alcoolisés, plus légers & plus souples.
De color granate con destellos violáceos, es bastante discreto pero elegante en nariz, donde predominan aromas de grosellas negras y de zarzamoras. La boca es opulenta pero desequilibrada : hay acidez, taninos y demasiado alcohol pero no hay armonía. Le falta la finura de las añadas anteriores : apenas se notan los matices de sándalo y de trufa. De tanto querer demostrar que Montus es un vino de clase mundial, esta vez Alain Brumont raya en el exceso. Añoramos el tiempo donde elaboraba tintos poco alcoholizados, más ligeros y más suaves. ( PVP : 12 € )