¿Identidad?

En principio el vino tiene una presentación atípica que puede llevarnos a dos conclusiones:

1. Producto de imagen. Lo de dentro es lo que menos importa, quieren destacar por algo.
2. Si cuidan así la imagen, lo de dentro también será cuidado y diferente.

Vista: Picota oscuro, capa media, ribete granatoso-marronáceo, lagrima abundante que tinta ligeramente la copa.
Nariz: De media intensidad, donde siempre predominan las notas tostadas de la madera, torrefactos…. Con la aireación, persisten la aportación de la barrica, pero aparece frutilla roja bien madura, cacao.
Boca: Amplia, potente, pero falto de estructura, de esqueleto. El vino parece equilibrado, con final amargoso, que vuelve a recordar a la madera.

En general el vino está bien, me parece desproporcionado el precio, quizás justificado por lo corto de la producción (que produce un incremento del impacto de los costos fijos), y la inversión en diseño y marca.
Lo que más le achaco no obstante, es la falta de personalidad, podría ser igual un vino de Ribera del Duero, que de Jumilla, o de Rueda.

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