Botella comprada en la feria del vino de Amandi.
Se deja airear algo más de una hora ya que este vino se presenta bastante cerrado.
Tiene un bonito color rojo picota con ribete granate, capa media, lágrima densa y lenta.
En un primer momento se hacen notar las frutas rojas, un poco de cereza al licor, violetas, piedra mojada y sotobosque.
Al rato aparecen notas lácteas, tostados muy suaves, un poco de cáscara de plátano madura y los balsámicos.
Como comenta Kintiman, no tiene una nariz potente, por eso se agradece el gran trabajo de Algueira en las crianzas de sus vinos. Este vino tiene 18 meses de crianza en barrica que no destacan para nada, la madera está totalmente integrada y no te encuentras con incómodas astringencias ni aromas tapados de muchos vinos "atlánticos" que se hacen hoy día.
En boca es otra historia. Se vuelve potente con una fruta muy marcada, taninos maduros perfectos, lácteos que dejan sensación grasa, mineral y una acidez que le dan un frescor y un final perfecto.
Un muy buen Mencía, del que muchas nuevas bodegas deberían aprender ese uso de barricas. Sin tener la elegancia del Pizarra muestra una complejidad muy marcada por esa mineralidad que desprenden todos los Algueira. Guardaré alguna botella para dentro de unos años.
Comentar que hace un par de semanas pude probar una muestra de lo que será el Crianza 2009 de esta bodega y parece que esto aún va a más..