Picota de capa alta y ribete granatoso, con lágrima que deja la copa ligeramente teñida.
En nariz muestra intensidad media, con dominio de fruta negra madura, incluso pasificada (ciruela negra desecada), que se acompaña de toques de café, monte bajo y una leve mineralidad.
En boca es potente, con cuerpo, presentando buena acidez, mucha fruta negra madura, algunas notas de torrefacción y taninos dulces. Postgusto de media duración.
El vino está ya muy maduro, en exceso incluso, y aunque se muestra amable me resulta bastante pesado.
Lo pedí por el precio (22€) y porque en la carta del restaurante no vi nada que me pareciera interesante. Hacía tiempo que lo había probado y no tenía mal recuerdo de él (fue en la época en la que me iban los vinos con músculo).
Aún hay mucha gente que identifica ese tipo de vinos con un vino de muy alta calidad. Yo creo que es una etapa por la que hemos pasado muchos consumidores de vino. Hoy en día, nuestros gustos van por otros lados, pero éstos siguen teniendo su público.
Saludos
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.