La nobleza de la garnacha negra…

Presenta color rojo con ribetes violáceos de capa media-alta. Posee abundante y fina lágrima que tiñe la copa. Es brillante, untuoso, limpio…

En nariz, muestra gran expresividad, es profundo, con gran intensidad. Aparece un conglomerado de aromas, todos perfectamente acompasados. La fruta roja se muestra convertida en esencia de frambuesa y cereza, como si de un perfume se tratara. Notas a fruta negra madura, balsámicos, sotobosque con toques florales a violetas y lilas; y un fondo de especias. Es un vino mineral con atisbos de olor a piedra mojada y calcárea. Y si sigues olisqueando, aparecen, tímidamente, algunas notas a tomillo, boj, encinas…una gran nariz.

La boca se muestra carnosa y sabrosa, con un punto breve de dulzor en la entrada y con un recorrido en donde los taninos dulces y nobles se despliegan con solidez, pero sin atrevimiento excesivo. La acidez se muestra controlada, sin aceleraciones. Muy bien equilibrado, con cuerpo solemne. Alta persistencia con un ligero toque amargoso. De su retronasal se advierte la presencia de fruta roja y negra madurada y un toque muy significativo de tierra fresca. Una vez pruebas el primer sorbo, quieres y deseas más…

Vino armónico con grandes virtudes, que es un gozo para los sentidos. Aparenta fragilidad, pero tiene unas bases sólidas y que te dejan un recuerdo turbador…

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