Sensaciones encontradas

Capa media, destacando su brillantez.
Tenía el vino demasiado frío por lo que tuvo que pasar un rato hasta que comenzara a expresarse. Comienza tímido en cualquier caso, con aromas varietales de media intensidad, acompañando un fondo especiado. Según pasa la comida el vino evoluciona en aromas, presentando repentinamente un intenso olor a eucaliptus, incluso pregunté a los comensales si alguien se había echado algún linimento o había tomado algún caramelo que me contaminara la percepción. Descartado este extremo, entiendo que el aroma pertenece únicamente al vino, aunque me sorprende desde luego. Cuano ya el vino ha ganado en temperatura hacia el final de la comida, la madera se apodera de cualquier sensación frutal. Para mi gusto en general la sensación de madera es excesiva, más aun teniendo en cuenta los cuatro meses de paso por barrica. Mientras se mantiene a una temperatura adecuada, la sensación no es tan incomoda. En cualquier caso, como digo, me sorprende también la intensidad de la crianza, siendo esta tan corta. Algunas otras garnachas "robles" nos han hecho dudar a ciegas de si eran vinos o jovenes o no, y en esta le hubiera dado por lo menos un año. En fin.
La boca es agradable, no demasiado larga, pero destaca sobre todo un dulzor que le hacen de trago fácil, aunque en ningún momento me empalaga. De nuevo se nota la madera.
Vino agradable aunque creo que con una relación calidad precio justa, sobre todo en comparación con otras garnachas catadas.

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