Directo.

Pues me ha gustado. Y digo "pues" porque a quien no le tira para atrás ver en la cápsula García Carrión. Lo que pasa es que cabe recordar que Viña Arnáiz ya existía antes de la irrupción de la macroempresa. El vino parte de la corrección más absoluta, pero también de la tipicidad que se le pide. Algo vegetal aún pero nacido para disfrutarlo desde su primer momento.
Merece comentario esa etiqueta en rombo y en azul cobalto de resultado moderno pese a unas letras que juegan de forma más clásica. El resultado podría ser mejor.
El color es de un cereza con buena intensidad, borde púrpura, y una lágrima abundante y transparente.
Aroma de fruta roja y negra madura, fresas y ciruelas, de fondo algo vegetal, y con un final de nariz especiado, clavo, y balsámico, laurel junto a mentolados muy suaves. No es intenso pero si muy claro (franco).
En boca entra fresco, con ese transfondo vegetal que hasta resulta atractivo y que le otorga cierta sequedad, pero sus taninos son muy amables y hacen que se muestre agradable junto a una cremosidad de la madera que lo hace placentero.
Se acerca a los 10 €.

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