Hablar del genio del auge de los vinos de Austria, F.X. Pichler , puede llevar largo y reposado tiempo, 40 años estudiando los mejores clones de Grüner Vetliner, anotados a mano en su cuaderno de "Bitácora", poseedor de las mejores parcelas expuestas al danubio en las cercanías de Dürnstein, Kellerberg una inolvidable parcela de terrazas compuestas de granito, mica y pizarra, Ried Loibnerberg o su máxima creación "Unendlich-Smaragd" el vino que señaló el centro de atención de los críticos de todo el mundo en Austria, 97 puntos Parker en su 1a añada 1998, y posteriormente en el 2000,
pero bueno hablemos del TBA, 93 PUNTOS PARKER que muestran su presencia al deslizarse en la copa: color oro ambarino, limpio brillante donde inusitadamente descubrimos unas frutas escarchadas en nariz, cerezas en almibar, miel de romero, caramelo tostado, limón maduro, ligeros ahumados y tostados con un fondo prominente y mineral,
Lo mejor: el tacto en boca, es una sensación increíble, solamente aproximada a la que experimenté con un Tokaji Essencia de Disznoko 1993, suave y aterciopelada, la entrada en el paladar es sedosa, muy fino y equilibrado, acaramelada, con fruta en almibar, recuerdos de sirope y frutos rojos en "coulis", ligeramente avainillado con un final casi infinito, duradero y persistente. "Profunda emoción" como suena la letra
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