Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
En nariz es intenso, complejo, poderoso, encantador. Nos ofrece las notas intrínsecas de los grandes barolos que ya van entrando en años, además del carácter floral y las frutas en licor, tiene un precioso fondo de humus, hojarasca y bosque umbrío que sencillamente nos conquista. Añade un fondo especiado y mineral, con trazas balsámicas y herbáceas. Fantástico.
En boca está fino y pétreo, es un vino que hay que ir a buscar, que no se muestra, que tiene mucho más de lo que parece. Excelente acidez, paso redondo y elegante como pocos, con un final de gran peso y profundidad, dejando recuerdos especiados y minerales, con atisbos de fruta en licor. Tanino firme y poderoso, pero maravillosamente integrado. Persistente.
Barolazo de los que hacen época, quizá menos redondo que el 2001 pero más fascinante por su carácter austero y mineral, es un vino que ya puede tomarse y que seguirá una larga evolución. Nos ha encantado y sin duda hará lo mismo con cualquier amante del Barolo clásico de libro. Unos 60 euros, un regalo para su calidad. ¡Brutal!
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.