Mes y medio después de abrir la botella.

Ha mejorado. Ha ganado en intensidad y complejidad aromática. Cáscara de nuez, tabaco, higos dulces, chocolate amargo con notas de almendra borde y almazara destacan sobre una cantidad de aromas que me desbordan.

En boca, ha ganado también en intensidad. El dulzor ligeramente amargo se ha potenciado, con una amplitud excelente y un post-gusto larguísimo a pasas y chocolate amargo.

Un vino para disfrutar sin prisas, que maridó a la perfección con un Cohiba Mágico Maduro.

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