A partir un piñón.

Así es como me siento con él esta noche tras acabar con una botella que siempre se me hace corta para dos. El celofán es como si protegiera al líquido más que a la botella. Digamos que no llega a vestirla.

El color es de un pajizo dorado uniforme, burbuja fina pero abundante.

Aroma de cereal azucarado, carne de membrillo (aquí es cuando me derrito), heno fresco y la cremosidad y amargosidad fina que dan los piñones crudos. Tiene complejidad.

En boca para dulce, muy sabroso debido a una cremosidad que acompaña en todo momento, mantequilla, excelente carbónico, integrado, maduro.

Magnífico cava y de momento relativo, porque aunque a mi jucio está ahora perfecto, sorprende cuando pillas alguna botella de añada que crees ya pasada.
14 €