El color, el néctar, el perfume.

Es un vino firme, que dice y da lo que atesora, de forma tan clara y directa que te asusta. Que rotundidad y definición, expresivo, profundo, encierra y da por igual. Que maravilla percibir toda esta sinfonía de aromas, fragancias y elixires. Aromas de frutos secos y fina ebanistería, sin cansar y sin doblegar a un carácter fresco, nada pesado, vivo como la brisa del mar...

En la boca sabe como empieza, no se si encontrare el final, esa almendra amarga, un punto punzante fino, sereno, fondo salino, me llama la atención lo delicada que se muestra, lo sutil y clara, una maravilla que se deja beber con el único deseo de disfrutar.

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